RÍO DE JANEIRO, 3 nov (Xinhua) — Las emisiones de gases de efecto invernadero en Brasil disminuyeron 16,7 por ciento en 2024 en comparación con el año previo, al alcanzar 2.145 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e), el menor nivel desde 2009, señala un informe divulgado hoy lunes por el Observatorio del Clima. Los datos corresponden a la 13ª edición del Sistema de Estimaciones de Emisiones de Gases (SEEG) de Efecto Invernadero, atribuidos sobre todo a la reducción en el desmonte de la zona de la Amazonia y del Cerrado, la sabana más biodiversa del mundo. El estudio, sin embargo, advierte que el país sudamericano sigue lejos de cumplir sus compromisos climáticos, ya que el aumento de las emisiones en los sectores agropecuario y energético podría impedir que alcance su meta, en el marco del Acuerdo de París (2015) relacionado con medidas climáticas. De acuerdo con el SEEG, las emisiones netas que descuentan la absorción del carbono de bosques y áreas protegidas se redujeron 22 por ciento, al alcanzar 1.489 millones de toneladas de CO2e. La cifra, no obstante, continúa por encima del límite de 1.320 millones de toneladas previsto en la Contribución Determinada a Nivel Nacional para finales de 2025. “El desmonte baja, pero todos los demás sectores suben”, explicó el coordinador del SEEG, David Tsai, quien agregó que “toda la mitigación recae en la lucha contra el desmonte y eso necesita cambiar”. De acuerdo con el informe, la mayor parte de la reducción provino del sector de cambio de uso del suelo, con una disminución en las emisiones del 32,5 por ciento, al pasar de 1.341 a 906 millones de toneladas de CO2e. El SEEG calcula que los incendios no asociados al desmonte liberaron 241 millones de toneladas de CO2 en 2024, casi el mismo volumen de las emisiones netas por cambio de uso del suelo, pero si se considerara de forma oficial, el impacto del fuego duplicaría el efecto del desmonte en el clima. Aun con la reducción del desmonte tradicional, el fuego se ha convertido en el principal motivo de la destrucción de la Amazonia, ya que las quemas planificadas y de bajo perfil, difíciles de detectar por satélite, se consolidaron tras las sequías extremas de 2023 y 2024, intensificadas por el fenómeno de El Niño. El sector agropecuario es el principal motor de las emisiones brasileñas con el 51 por ciento del total, equivalente a 1.100 millones de toneladas de CO2e. El ganado bovino genera metano, un gas con un potencial de calentamiento 28 veces mayor que el CO2 en la nación sudamericana. El sector de residuos fue el que más aumentó con un alza de 3,6 por ciento, debido a la expansión de la recolección de basura y al crecimiento poblacional. El informe llama también la atención sobre las llamadas “emisiones ocultas” del petróleo que Brasil exporta, al enviar al exterior 85 millones de toneladas de crudo en 2024, lo que representó un nuevo récord. El documento advierte que el control del desmonte ha alcanzado su límite y que otros sectores deberán reducir sus emisiones de forma rápida, si Brasil quiere cumplir sus metas y llegar con resultados concretos a la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará del 10 al 21 de noviembre en la ciudad amazónica de Belém. Fin

Por Vimag