LA PAZ, 14 oct (Xinhua) — El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió este martes que Bolivia enfrentará este año uno de los desempeños más débiles de América Latina, con un crecimiento proyectado de apenas 0,6 por ciento y una inflación que superará el 20 por ciento, según el informe Perspectivas Económicas Mundiales difundido este martes. Las proyecciones sitúan a Bolivia entre las economías más rezagadas del continente y contrastan con las previsiones oficiales del Gobierno, que había estimado un crecimiento del 3,7 por ciento en el Presupuesto General del Estado (PGE) de 2025. El organismo internacional pronostica además un contexto regional más favorable, con un avance promedio del 2,4 por ciento en América Latina y del 2,3 por ciento en Sudamérica. Solo Venezuela (0,5 por ciento) y Haití (-3,1 por ciento) registrarían cifras más bajas. El informe no incluye proyecciones de crecimiento para Bolivia más allá de 2025, a diferencia de otros países de la región, lo que refleja incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica y la ausencia de información clara sobre el desempeño fiscal. En materia inflacionaria, el FMI advierte que Bolivia será la cuarta economía más inflacionaria de América Latina, detrás de Venezuela, Argentina y Haití. Mientras la inflación promedio regional rondará el 7,6 por ciento, la tasa boliviana podría alcanzar el 20,8 por ciento, un nivel sin precedentes desde comienzos de siglo. El contexto interno confirma el deterioro. La economía boliviana se contrajo 2,4 por ciento en el primer semestre de 2025, el mayor retroceso de los últimos años, reveló este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE). La caída fue atribuida por el director del INE, Humberto Arandia, a la inestabilidad política y a los prolongados bloqueos de carreteras impulsados por sectores afines al expresidente Evo Morales, que paralizaron gran parte del aparato productivo. A fines de septiembre, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyectó que Bolivia será la economía con menor crecimiento de Sudamérica, con una expansión de solo 1,5 por ciento. Días después, el Banco Mundial (BM) fue más pesimista y anticipó una contracción del PIB del 0,5 por ciento, afectada por la caída de los precios de las materias primas, la falta de divisas y la tensión política interna. En tanto, el Gobierno boliviano descartó estar al borde de una estanflación, insistiendo en que el país mantiene estabilidad relativa en varios sectores. “Se ha avanzado de manera importante; no estamos entregando la peor situación económica, como se quiere hacer creer”, afirmó la semana pasada el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, en conferencia de prensa. Los organismos multilaterales y expertos coinciden en que Bolivia encara un año complejo. Las restricciones fiscales, la escasez de combustible y divisas, y las tensiones políticas internas configuran un entorno frágil que exigirá medidas urgentes de estabilización. Fin