SAO PAULO, 13 oct (Xinhua) — Brasil y China fortalecieron hoy lunes su cooperación en áreas clave como la innovación, energía limpia y financiamiento climático, en un contexto global desafiante en el que ambas economías buscan acelerar sus procesos de descarbonización y transición ecológica. Así lo destacaron autoridades y empresarios durante la Conferencia Anual del Consejo Empresarial Brasil-China (CEBC), realizada en Sao Paulo bajo el lema “Creando sinergias en un mundo en transformación”. El evento reunió a líderes empresariales y funcionarios de alto nivel de ambos países para debatir estrategias de cooperación industrial, financiera y ambiental, frente a los desafíos globales que plantean la reconfiguración de las cadenas productivas, los avances tecnológicos y la transición energética. La apertura estuvo a cargo del presidente del CEBC, el exdiplomático Luiz Augusto de Castro Neves, quien subrayó que la relación bilateral “no es solamente comercial, sino estratégica y de largo plazo”. Recordó que China es el principal socio comercial de Brasil desde 2009 y destacó la diversificación de las inversiones chinas en sectores de alto valor agregado como energía, minería sostenible e innovación industrial. Unas 40.000 empresas brasileñas comercian con China, involucrando unos 7 millones de empleos en Brasil, que cada vez tiene más participación exportadora por parte de pequeñas y medianas empresas, apuntó Castro Neves. “China es un socio indispensable para la economía. De allí vienen insumos estratégicos para nuestra industria y nuestra transición energética”, comentó, al enfatizar en la necesidad de que Brasil pueda agregar más valor a sus embarques hacia China. Por su parte, el embajador chino en Brasil, Zhu Qingqiao, reflexionó que actualmente los cambios en el mundo se están desarrollando de una manera sin precedentes, mientras que las transformaciones nunca vistas en un siglo están evolucionando con una intensidad sin precedentes. “El desarrollo y el progreso global se enfrentan a vientos contrarios y corrientes adversas. Los déficits de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza son cada vez más evidentes, mientras que el hegemonismo, el unilateralismo y el proteccionismo avanzan a un ritmo cada vez más rápido”, dijo el embajador. “Algunas grandes potencias, obsesionadas con la supremacía del poder y con ‘su prioridad’, mantienen la mentalidad de la Guerra Fría, aplican la ley de la selva, interfieren arrogantemente en los asuntos internos de otros países e incitan a guerras comerciales y arancelarias, lo que perjudica gravemente a la economía mundial, al sistema multilateral”, agregó Zhu. En ese contexto, el diplomático destacó la cooperación entre China y Brasil, sobre todo frente a la transición energética y los compromisos climáticos. Como los mayores países en desarrollo del hemisferio oriental y occidental, China y Brasil comparten aspiraciones comunes por la paz, el desarrollo, la cooperación y el beneficio mutuo, aseguró. El embajador chino dijo que tanto Brasil como China “trabajan juntos para formar una Comunidad de Futuro Compartido China-Brasil por un Mundo más Justo y un Planeta más Sostenible, enfrentando conjuntamente las incertidumbres del entorno externo con la estabilidad de nuestra cooperación, y avanzando continuamente con un desarrollo de alta calidad en la cooperación práctica bilateral”. En uno de los paneles, por parte del Gobierno de Brasil participó la directora de Infraestructura, Transición Energética y Cambio Climático del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Luciana Costa. Costa sostuvo que Brasil y China comparten “una visión convergente sobre el papel del financiamiento público y privado en la transición hacia una economía baja en carbono”, de cara a la organización por parte de Brasil el próximo mes en la ciudad amazónica de Belém de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Costa afirmó que el BNDES ha trabajado con bancos y fondos chinos en mecanismos de coinversión que apuntan a acelerar proyectos en áreas como hidrógeno verde, biocombustibles avanzados, movilidad eléctrica y almacenamiento de energía. “Estamos construyendo una cooperación estructural, que no se limita al comercio o a la inversión, sino que impulsa innovación tecnológica y generación de empleo calificado en ambos países”, sostuvo. La directiva subrayó que Brasil tiene ventajas competitivas para ser “líder mundial en energía limpia”, y que la cooperación con China “permite incorporar soluciones digitales y de financiamiento que amplían la escala y la competitividad de los proyectos verdes”. “La transición energética es también una oportunidad industrial”, afirmó Costa, al aseverar que los bancos de desarrollo pueden ser “catalizadores de una nueva etapa de cooperación Sur-Sur, en la que Brasil y China actúan como motores de una agenda positiva y sostenible”. En otro de los paneles, Mario Gouveia, coordinador del programa Eco Invest del Ministerio de Hacienda de Brasil, defendió la articulación de instrumentos financieros para permitir nuevos negocios vinculados a la transición energética y los créditos de carbono emitidos por las empresas. “Queremos potenciar nuevos negocios de bioeconomía y para ello hay posibilidades de inversión en varios campos. Un inversor chino puede entrar con un banco, con fondos de inversiones y formar parte de proyectos de bioeconomía vinculados a estrategias de desarrollo”, dijo el funcionario. En esa misma línea, la inversión china en materia automovilística y de energía, vinculada al programa brasileño Nueva Industria Brasil (NIB) con transferencia de tecnología para alimentar el contenido local, fue destacada por el Uallace Moraeira, secretario de Innovación del Ministerio de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios de Brasil. El evento contó con la participación institucional de la Embajada de China en Brasil y de la Asociación Brasileña de Empresas Chinas (ABEC). Participaron empresas como Embraer, Suzano, Vale, el banco BOCOM y la Confederación Nacional de la Industria (CNI). Fin

Por Vimag