BEIJING, 10 sep (Xinhua) — Cuando millones de educadores en China celebran el Día del Maestro hoy miércoles, lo hacen con las sinceras felicitaciones del presidente Xi Jinping. En una carta de respuesta a ocho maestros rurales, Xi elogió la dedicación de cerca de 1,2 millones de graduados universitarios que han participado en un programa nacional para enseñar en zonas rurales. Los alentó a mantenerse fieles a sus aspiraciones originales, a seguir mejorando sus habilidades educativas y a apoyar el sano crecimiento de los niños. En la carta, también envió saludos festivos a los docentes y educadores de todo el país. China cuenta con aproximadamente 18 millones de docentes de tiempo completo. Xi tiene en alta estima la profesión docente. Utilizando una conocida metáfora de la cultura china para referirse a la devoción de los maestros, dijo: “Una tiza y un modesto podio forjan el destino de una nación”. De acuerdo con Xi, se espera que los buenos educadores posean ideales y convicciones, integridad moral, conocimiento y benevolencia. Su respeto hacia los maestros proviene en parte de la mentoría que moldeó su vida. En vísperas del Día del Maestro de 2016, Xi regresó a la Escuela Bayi de Beijing, donde estudió décadas atrás. Al volver a ver a sus maestros, Xi aminoró el paso y les tomó la mano con firmeza. Cuando se dirigieron a él como “líder”, respondió con reticencia: “Aquí no hay líderes. Todos somos estudiantes”. Desde sus puestos de base hasta el máximo liderazgo del Gobierno, Xi ha priorizado coherentemente a los docentes y la educación en su gobernanza. En particular, ha apoyado programas de asistencia para la construcción de escuelas en regiones menos desarrolladas, ha visitado campus para conocer las condiciones laborales y de vida de los docentes, y ha debatido temas educativos con legisladores y asesores políticos nacionales. En 2021, cuando Xi rindió homenaje a los modelos en la lucha contra la pobreza en el Gran Palacio del Pueblo en Beijing, se inclinó para entregarle una medalla a una maestra rural que estaba sentada en una silla de ruedas y le pidió amablemente que se cuidara. Para un país que enfrenta el desafío de un desequilibrio en los recursos educativos entre las regiones debido a su gran población y su extenso territorio, Xi insiste en que la educación debe servir al bien público y que el futuro sólo se puede asegurar cuando se logre el éxito en la educación. Guiada por esta convicción, China se esfuerza por convertirse en un líder mundial en educación para 2035, impulsando su búsqueda de modernización y revitalización nacional. En una carta de respuesta de junio de 2024, Xi alentó a Andrew Chi-Chih Yao, ganador del Premio Turing y profesor de la Universidad de Tsinghua, a explorar nuevas formas de nutrir el talento innovador, fomentar el trabajo interdisciplinario y avanzar en la investigación de frontera. La formación profesional desempeña un papel fundamental en los esfuerzos de China para reforzar su sector educativo. Durante la última década, el sector ha experimentado un rápido crecimiento, marcado por un aumento de maestros artesanos y trabajadores altamente calificados. Esto consolida la posición de China como el único país del mundo que cuenta con todas las categorías industriales incluidas en la Clasificación Industrial de las Naciones Unidas. Un hecho poco conocido es que Xi se desempeñó simultáneamente como director de una escuela vocacional en la ciudad de Fuzhou durante seis años en la década de 1990, durante su mandato como jefe del Partido en esta capital de la provincia oriental china de Fujian. A la entrada de esta escuela, ahora conocida como Universidad Minjiang, se encuentra una placa de piedra con la inscripción del principio rector propuesto por Xi: “No esforzarse por ser el más grande, sino el que mejor esté en sintonía con las necesidades de la sociedad”. Esta filosofía anunció su visión de que la formación profesional en China cambiaría de rumbo y permitiría que más niños alcanzaran su potencial. El país cuenta actualmente con el sistema de formación profesional más grande del mundo, con más de 10 millones de graduados al año. El rápido crecimiento de la educación ha estado respaldado por un compromiso fiscal: el gasto gubernamental en el sector generalmente no es inferior al 4 por ciento del producto interno bruto (PIB), un índice de referencia alcanzado por primera vez en 2012. “China ha estado sosteniendo el sistema educativo más grande del mundo con una intensidad de inversión fiscal en educación comparable al promedio mundial”, indicó Guo Peng, funcionario del Ministerio de Educación. Xi ha hecho un gran esfuerzo para mejorar los salarios y el bienestar de los docentes, en especial en las zonas rurales donde muchos viven modestamente. Bajo su auspicio, China emitió un documento de política dedicado a los maestros rurales y adoptó medidas para garantizar que el ingreso promedio de los maestros de escuelas primarias y secundarias de todo el país fuera igual o superior al de los funcionarios públicos locales. La última carta de Xi ha tocado una fibra sensible entre los educadores. Liu Yiying, quien dejó su ciudad natal en la provincia costera de Shandong, en el este de China, para enseñar en una escuela primaria en la meseta de la región autónoma de Xizang, en el suroeste del país, dijo que esto ha renovado su sentido de propósito. “La educación es un relevo de portadores de antorchas. Debemos correr nuestra etapa con un compromiso inquebrantable”, añadió. Fin

Por Vimag