BUENOS AIRES, 10 abr (Xinhua) — Argentina vivió hoy jueves el tercer paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) contra el Gobierno del presidente, Javier Milei, con un nivel de adhesión dispar que combinó una fuerte presencia sindical, de oficinas estatales y servicios de transporte con una actividad comercial que se mantuvo casi sin interrupciones. Aunque el Gobierno minimizó el alcance de la protesta a la que se sumaron gremios aeronáuticos, del metro (subte), trenes, bancarios, entre otros, admitió una pérdida económica cercana a los 900 millones de dólares producto del cese parcial de actividades. En las principales avenidas de la ciudad de Buenos Aires (Capital Federal) y el Conurbano bonaerense el tránsito fue intenso a la vez que las líneas de autobuses resolvieron no adherir a la medida de fuerza por razones de negociación salarial. Desde la CGT, el secretario general Héctor Daer destacó la contundencia de la jornada y su articulación con la movilización que protagonizaron los jubilados, sindicatos y organizaciones sociales la víspera y que tuvo como destino el Congreso de la Nación. “Este reclamo fue parte de una jornada de 36 horas de acción sindical que se planteó la Confederación General del Trabajo”, sostuvo Daer. Señaló que “el éxito de la medida de fuerza fue rotundo, tanto la movilización de ayer como el paro en todos los sectores industriales, en el transporte, en los servicios, en todos los sectores que mueven fundamentalmente el proceso económico de nuestro país”. Daer también cuestionó los efectos del ajuste impulsado por el Gobierno de Milei y reclamó una revisión del rumbo económico. “Hoy mostraron (los sindicatos y gremios) la decisión de parar sus actividades para demostrar una vez más que el movimiento lleva adelante una agenda clara y concreta para que se cambien las políticas de ingreso que está teniendo nuestro país, encargada por el Gobierno”, indicó. Agregó que “la porción de ajuste más importante que lleva adelante este plan económico tiene que ver con los pasivos del sector jubilado, los pensionados”. Desde el Ejecutivo, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, reafirmó que el Gobierno no cederá ante la presión sindical y defendió la continuidad del programa económico. “No vamos a cambiar las políticas por un paro, estamos convencidos de lo que estamos haciendo”, expresó en declaraciones televisivas. Bullrich también apuntó contra el sindicalismo local y defendió el derecho a trabajar. “Es un sistema vetusto el del sindicalismo argentino que defiende siempre sus intereses. La mayoría hoy quería trabajar y se siente que el paro es una pérdida de tiempo”, manifestó. En paralelo, la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte (metro de la ciudad de Buenos Aires) y Premetro anunció nuevas medidas de fuerza para el viernes 11 de abril en rechazo a contrataciones que consideran fraudulentas. Por su parte, el sindicato de bancarios “La Bancaria” destacó el “masivo acatamiento” (al paro) y cuestionó en un comunicado las políticas económicas del Gobierno de Milei. “Hoy paramos, entre otras cosas, por un aumento de emergencia para los jubilados”, rezó el documento, en el que además se refiere a la demanda de “paritarias (negociaciones) libres y sin techo; en contra de la privatización del Banco Nación, por la defensa de la industria nacional, por la recuperación de la obra pública”. El sindicato también abogó por un plan nacional de empleo, por un aumento de los presupuestos destinados a educación y salud, y en contra de un nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional. Fin

Por Vimag

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