BEIJING, 29 nov (Xinhua) — En los últimos años, cada vez más conductores latinoamericanos prefieren manejar autos chinos, en medio de la profundización de la cooperación entre América Latina y China en lo relacionado con la cadena industrial automovilística y los vehículos de nueva energía, según un artículo publicado recientemente por el Diario del Pueblo. A medida que crece el conocimiento sobre las marcas chinas, con mayor frecuencia los consumidores de la región ven en los productos chinos la primera opción para comprar un automóvil. Felipe Ferreira, un bloguero brasileño del automóvil que cuenta con millones de seguidores, documentó sus pruebas de rendimiento de un vehículo BYD Tang a lo largo de un año y medio en un video publicado en una plataforma de redes sociales. Luego de 10.000 kilómetros de conducción, el modelo no presentaba problema alguno y el público de Brasil terminaría reconociendo su indudable durabilidad tras ver los datos reales de las pruebas, manifestó Ferreira, citado por el periódico. “Cuando estaba en países latinoamericanos, tuve intercambios con varios conductores locales. En general, consideraban que aunque los autos de marcas chinas no son más baratos, brindan una buena relación calidad-precio, gracias a su excelente calidad tanto en el funcionamiento como en el material interior, además de utilizar tecnologías inteligentes que aportan una experiencia de conducción que combina comodidad y sentido tecnológico”, sostuvo Sun Yanfeng, director ejecutivo del Instituto de Estudios Latinoamericanos, dependiente del Instituto de Relaciones Internacionales Contemporáneas de China, citado por el periódico. De acuerdo con Sebastián Herreros, experto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, los automóviles chinos permiten a ciudades como Santiago de Chile, Bogotá y Ciudad de México adoptar un modo más limpio de transporte. Además, China es un socio ideal, no solo por su capacidad de producción sino también por los precios competitivos que ofrece. Durante los últimos años, América Latina se ha convertido en un destino importante para la exportación de autos chinos. Datos de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China indican que en el primer semestre de este año, los cinco destinos principales de las ventas al exterior de los vehículos completos del país han sido Rusia, México, Brasil, Emiratos Árabes Unidos y Bélgica. Las exportaciones al mercado de la región presentan características como el aumento en el volumen de ventas, un creciente número de países de destino, y una continua expansión en cuanto a diversidad de marcas, detalló Sun. La popularidad de los vehículos de nueva energía chinos en el contexto latinoamericano se atribuye a la superioridad en materia de innovación tecnológica, como sucede con la observada en baterías y redes inteligentes, así como una gran ventaja competitiva integral de la cadena industrial del automóvil del país, opinó Li Dawei, investigador del Instituto de Investigación Económica Internacional, afiliado a la Academia China de Investigación Macroeconómica. China y América Latina ya han tenido una base de cooperación firme en diferentes ámbitos y las empresas chinas están familiarizadas con las particularidades y demandas de los mercados de los países de la región. Esto también permite a las compañías automovilísticas de China ofrecer productos y servicios que satisfacen las necesidades de los consumidores locales, agregó Li. Durante los últimos años, la cooperación entre China y América Latina en la industria automotriz se ha fortalecido continuamente. Al mismo tiempo que expanden su presencia en el mercado latinoamericano, numerosas empresas automotrices chinas también están invirtiendo en la construcción de fábricas y llevando a cabo intercambios técnicos en países latinoamericanos para ayudar a cultivar talentos locales, generar empleo y beneficios económicos, y promover el desarrollo de industrias verdes y el progreso tecnológico. En 2022, Great Wall Motor completó la adquisición de su planta automotriz en la ciudad de Iracemápolis, en el estado brasileño de São Paulo, y anunció que invertiría 10.000 millones de reales (unos 2.100 millones de dólares) en Brasil en los próximos 10 años para crear alrededor de 2.000 empleos locales. En agosto de este año, la marca MG, propiedad de la china SAIC Motor, anunció planes para construir un centro latinoamericano en México, incluyendo una fábrica y un centro de investigación y desarrollo. “Además de la venta de vehículos, las empresas chinas se están involucrando cada vez más en la cadena de producción automotriz en los países latinoamericanos. Por ejemplo, muchas empresas de autopartes de China han invertido en fábricas en países de esa región, no solo brindando servicios de apoyo a las empresas automotrices chinas, sino también proporcionando asientos, volantes, cojinetes y otras piezas a otras marcas de automóviles latinoamericanas”, detalló Sun. El experto agregó que la cooperación entre China y estos países en la industria de baterías para vehículos de nueva energía se está profundizando gradualmente, y explicó que esta cooperación está en línea con las expectativas y necesidades de los países latinoamericanos para acelerar la transición energética y lograr el desarrollo sostenible. Hoy en día, la cooperación en nueva energía se ha convertido en un nuevo punto brillante y una nueva fuerza impulsora para la cooperación entre China y América Latina. “En el futuro, existe un gran potencial para la cooperación entre ambas partes en la industria de vehículos de nueva energía”, dijo Li. El investigador señaló que, además del campo de los vehículos de nueva energía, China y América Latina pueden continuar explorando más oportunidades de cooperación de beneficio mutuo en los campos de generación de electricidad fotovoltaica, tecnología de captura de carbono, infraestructura verde, conservación de energía y reducción de emisiones. 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Por Vimag

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