Por Cristóbal Chávez Bravo SANTIAGO, 4 sep (Xinhua) — “No hay que rendirse en la vida”, dijo orgullosa Zeng Zhiying, conocida en Chile como “Tía Tania”, quien debutó a los 58 años en el tenis de mesa en los Juegos Olímpicos de París 2024, en representación del país sudamericano, donde vive desde hace más de 30 años, armó una familia y se reencontró con su antigua pasión. Es de risa fácil, cálida y noble con sus compañeros de práctica, aunque a muchos les duplica la edad cuando entrena en el Centro de Entrenamiento Olímpico, en la comuna de Ñuñoa, en el noreste de Santiago, la capital chilena. Zeng nació en la ciudad de Zhengzhou, provincia de Henan, en el centro de China, donde fue parte de la selección china de tenis de mesa en los años 80 del siglo pasado; sin embargo, tras la invitación de un entrenador de su país, en 1989 viajó a Chile con 22 años, en la antípoda de su lugar de origen. Llegó a la ciudad de Arica, a 2.000 kilómetros al norte de la capital chilena, en la frontera con Perú, una localidad conocida por su clima primaveral y su multiculturalidad. “Estuve entrenando niños allá como un año”, afirmó a Xinhua la deportista Zeng, quien al tercer año en Chile dejó el tenis de mesa y se enfocó en el comercio, su sustento económico en la nación austral. La deportista confesó que llegó al país sudamericano sin saber español y le impresionó que las personas se saludaran con besos en la mejilla o abrazos, pero no con estrechez de manos como en China. En la actualidad, “Tía Tania” no solo es saludada con abrazos, sino que también es requerida para decenas de fotografías de seguidores, tras representar a Chile en París 2024, aunque su fama nació luego de ganar una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. “Soy de nacionalidad china, pero vivía en Chile desde hace 34 años, entonces los dos países yo los consideraba mi país, entonces podía representar a Chile y estoy muy orgullosa”, afirmó Zeng, quien tras clasificar a los Juegos Olímpicos cumplió un sueño a los 58 años. “Hice mucho esfuerzo, entrenaba día a día, casi no descansaba porque mi meta era estar acá. El preolímpico era mi última oportunidad. Luché todos los puntos, no iba a perder ni un punto. Mi mente estaba superfuerte y el objetivo superclaro, hasta que llegó ganar el último punto y ¡Wow! Fue superemocionante ese momento”, comentó, tras recordar cuando amarró su clasificación. “Tía Tania” estuvo desde principios de los años 90 del siglo pasado hasta 2005 sin practicar tenis de mesa, pero para motivar a su hijo y sacarlo de sus rutinas sedentarias, comenzaron a jugar juntos en un club, aunque no retomó este deporte de forma profesional hasta 2022, con un intento en 2019 suspendido por la pandemia. “Ahí yo empecé a ir todos los días al club, a jugar con los niños de allá”, comentó sobre el momento en que volvió a sostener la paleta a los 56 años, edad que no fue un impedimento para retomar profesionalmente su pasión. Así ganó los clasificatorios para ser parte de la selección chilena en 2023 y logró cupos para los juegos Sudamericanos, Panamericanos y Olímpicos. En Francia se reencontró con viejas amigas de su época, como la entrenadora de la selección china, Li Sun, o la seleccionada de Luxemburgo, Ni Xialian, quienes eran compañeras en el equipo de tenis de mesa del país asiático en su juventud. “Fue una experiencia única, todo el esfuerzo, todos los sueños (acumulados) durante toda la vida y ahí estoy, no puedo describirlo, fue muy emocionante ese momento”, expresó sobre su experiencia olímpica. A fines de agosto de este año, el Museo Olímpico de Suiza anunció que exhibirá la paleta que utilizó Zeng en París 2024. La directora del Museo Olímpico, Angelita Teo, dijo que “es un absoluto honor recibir la paleta de Tania. Su historia es el ejemplo perfecto del espíritu olímpico y esperamos compartir su legado con nuestros visitantes”. En la actualidad, la tenismesista vive en Iquique, a unos 1.750 kilómetros al norte de Santiago y está casada con Arturo Aravena, su esposo chileno, con quien tiene dos hijos, al tiempo que su familia la apoya en todas sus competiciones e incluso su marido la acompañó en París. Zeng dice estar muy contenta de ser conocida a sus 58 años de edad en Chile y en China, donde han replicado sus entrevistas. “Para mí es una fuerza inmensa para seguir. Estoy muy contenta de que puedan mostrar mi historia allá porque uno puede seguir y no rendirse en la vida”, concluyó. Fin

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