Por Cristóbal Chávez Bravo SANTIAGO, 14 jul (Xinhua) — En su casa en el balneario de Isla Negra o en la Biblioteca Nacional de Chile se ha celebrado el natalicio 120 del poeta chileno y Premio Nobel de Literatura 1971, Pablo Neruda, nacido el 12 de julio de 1904 y cuyo legado, vigoroso y universal, se reinterpreta al paso del tiempo con luces y sombras. Neruda tuvo tres casas en Chile, consideradas como parte de su obra poética por las eclécticas características de cada una y que en la actualidad funcionan como museos. Se trata de la Chascona, que en el argot chileno significa “despeinada” y se encuentra en Santiago; La Sebastiana, en la ciudad de Valparaíso; y su residencia en Isla Negra, que es la única que no tiene nombre, pero es donde descansan sus restos. En la casa de Isla Negra, afincada en el balneario que dista a unos 115 kilómetros al oeste de la capital chilena y que mira directo al océano Pacífico, una de las fuentes de inspiración del vate, la Fundación Neruda y la Universidad de Chile conmemoraron el pasado viernes un natalicio más del poeta chileno nacido en 1904 y fallecido en 1973. La Subsecretaría de las Culturas y de las Artes de Chile señaló a propósito del evento que Neruda fue “una figura fundamental de la historia cultural y política de nuestro país”. De igual forma, la académica del Departamento de Literatura de la Universidad de Chile, Alejandra Bottinelli, aseveró en la ceremonia que la poesía de Neruda es en muchos casos “la aproximación más real que jóvenes de otras latitudes tienen a nuestro país y a nuestra cultura”. “Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella”, parafraseó a su vez en redes sociales el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio chileno, para agregar que “desde su primer poemario hasta el Nobel de Literatura capturó la esencia de la humanidad en sus versos”. La entidad chilena abrió también el pasado viernes en la casa-museo de Isla Negra la exposición “Libro de las preguntas” que conmemora los 50 años de la obra póstuma del mismo nombre, reeditada en versión ilustrada por Paloma Valdivia. En el marco de las celebraciones, la Biblioteca Nacional de Chile publicó por su parte la serie “Diplomacia y letras” que incluye la obra “Crepusculario” de Neruda de 1923. “Crepusculario aparece en un campo literario dominado por el criollismo y en un ambiente donde imperaba el gusto por la poesía romántica y tardo-romántica, que se declamaba, a veces, con exageraciones histriónicas en los salones”, señaló en el prólogo de la nueva edición el escritor y experto en la obra de Neruda, Darío Oses. Tanto la obra como la figura del poeta del país sudamericano han sido reinterpretadas en estos 120 años, debido a las relecturas de su poesía, puestas en el contexto actual, así como a la investigación de su persona. “Pablo Neruda, a 120 años de su natalicio, sigue siendo, sin dejar de pensar en las recientes polémicas en torno a su actuar con las mujeres y con su hija discapacitada, una figura relevante en Chile y en el mundo”, explicó a Xinhua la académica de la Universidad de Talca, Claire Mercier. La doctora en literatura, mención Literatura Chilena e Hispanoamericana por la Universidad de Chile, profundizó que lo anterior se explica por el amplio espectro de su poesía, que involucra desde reflexiones existenciales, pasando por experimentaciones vanguardistas, hasta la celebración del continente americano. “En segundo lugar, no se puede separar la poesía de Pablo Neruda de su compromiso político, que sea en la Guerra Civil Española o en relación con su rol en el Senado chileno, sus labores diplomáticas y su apoyo continuo a Salvador Allende (1908-1973). Su muerte, pocos días después del golpe de Estado de 1973, confirma el compromiso político del Premio Nobel hasta el final”, comentó. La obra poética de Neruda ha sido traducida a más de 35 idiomas y es estudiada en las principales universidades del planeta. Entre sus obras célebres destacan “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, considerado por expertos el libro chileno más leído en el mundo y que este 2024 cumple 100 años desde su publicación, así como “Residencia en la Tierra” (1933) y “Canto General” (1950). Fin