TEGUCIGALPA, 29 nov (Xinhua) — Nasry Asfura, empresario de la construcción y político hondureño de 67 años, se perfila nuevamente como figura central en la escena nacional del país centroamericano de cara a los venideros comicios presidenciales del domingo 30 de noviembre, en los que competirá como candidato del Partido Nacional de Honduras (PNH). Nacido el 8 de junio de 1958 en Tegucigalpa, en una familia de inmigrantes palestinos, Asfura ha construido una carrera política marcada por su estilo cercano al pueblo y por un discurso pragmático. Casado desde 1985 y padre de tres hijas, Asfura parece proyectar la imagen de un hombre de familia tradicional. Cursó estudios de ingeniería civil, sin concluir la carrera, y lleva más de 40 años vinculado al sector de la construcción como empresario. Su paso a la función pública comenzó en la década de 1990, cuando trabajó como asistente fiscal en la alcaldía de la capital hondureña, para asumir posteriormente la gerencia de servicios públicos en esa misma institución. En 2009 fue elegido diputado por el departamento de Francisco Morazán, y poco después nombrado director del Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS), cargo que ocupó hasta 2011. La gran transformación de su carrera política llegó con su elección como alcalde de Tegucigalpa en 2013, para luego ser reelecto en 2017 y desempeñarse en el cargo hasta inicios de 2022. Durante su administración se enfocó en infraestructura, promoviendo la construcción de puentes y túneles para aliviar la congestión en la capital. Su estilo directo y accesible le ganó el apodo de “Papi a la Orden”, una frase con la que saluda a sus simpatizantes. Para las elecciones generales de este 30 de noviembre de 2025, Asfura se presenta como candidato del PNH por segunda vez, tras haber perdido en los comicios de 2021 frente a la ahora presidenta, Xiomara Castro. Su plan de Gobierno, denominado “Juntos Vamos a Estar Bien 2026-2030”, se sostiene sobre seis ejes estratégicos: generación de empleo, infraestructura, seguridad, energía limpia, educación y salud pública. El empleo, según ha afirmado, será impulsado mediante incentivos a la inversión nacional y extranjera y fortalecimiento de la seguridad jurídica. En materia de infraestructura, propone priorizar la red vial para conectar a los sectores productivos y facilitar el acceso a mercados. En seguridad, su estrategia combina prevención comunitaria y fortalecimiento institucional, con tecnología, inteligencia y formación forense para las fuerzas de seguridad. En educación, aboga por profundizar la vinculación del sistema educativo con el sector productivo y un enfoque STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas), mientras que en salud promete reducir la mora quirúrgica, mejorar la distribución de medicamentos y descentralizar la atención para enfermedades crónicas. Durante sus eventos de campaña, Asfura ha lanzado mensajes de defensa de la democracia. “Hoy tenemos un gran reto… tenemos que salir a defender la democracia, la libertad y la paz que amamos todos los hondureños”, declaró en un acto público. La carrera y figura políticas de Asfura no están exentas de controversia. Durante su gestión como alcalde fue señalado por presunta malversación de fondos, pero los cargos fueron finalmente desestimados. Asimismo, su nombre apareció en los Papeles de Pandora por empresas offshore, aunque no se han materializado condenas firmes. A sus 67 años, Asfura vuelve a aspirar a la presidencia en un contexto de polarización. La campaña ha estado marcada por acusaciones mutuas de fraude entre los principales candidatos, lo que ha generado una atención internacional significativa sobre la transparencia del proceso. La campaña de Asfura insiste en que su propuesta es práctica, basada en su experiencia como empresario y alcalde. “Estoy en política por formación de trabajo, después de 48 años trabajando en la empresa privada”, ha afirmado. Fin

Por Vimag