QUITO, 17 nov (Xinhua) — El rechazo de los ecuatorianos al regreso de bases militares extranjeras, expresado en el referendo constitucional del domingo, se debe a preocupaciones sobre la soberanía, el impacto ambiental y la subordinación del país a intereses geopolíticos externos, señalaron expertos. El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, propuso eliminar la prohibición de establecer bases militares extranjeras, vigente en la Constitución de 2008, como respuesta a la crisis de seguridad que atraviesa el país, incluida la posible instalación de bases estadounidenses en Salinas y Manta, en la región costera. Sin embargo, la iniciativa no obtuvo respaldo ciudadano, ya que el 60,7 por ciento de los votantes se inclinó por el “No”, frente al 39,3 por ciento que apoyó el “Sí”, con el 98 por ciento de las actas escrutadas por el Consejo Nacional Electoral de Ecuador. En este contexto, Decio Machado, analista y consultor internacional, afirmó este lunes en entrevista con Xinhua que el voto en contra refleja una clara desconfianza popular ante una iniciativa percibida como un riesgo para la soberanía y la seguridad nacional, y un rechazo a la gestión del Gobierno. A su parecer, el pueblo sintonizó con la idea de que una base militar extranjera no va a solucionar las causas estructurales de la violencia que golpea al país. “No hay antecedentes de que una base militar extranjera opere en materia de seguridad interna de un país. Más bien, el interés de una base militar extranjera es un interés geopolítico en una zona determinada para un control territorial”, señaló Machado. “La historia de las bases militares estadounidenses, desde su proliferación tras la Segunda Guerra Mundial, demuestra en la práctica que no han garantizado seguridad”, dijo Machado. Recordó, además, que Ecuador contó con una base militar estadounidense en Manta, en la región costera central, entre 1999 y 2009, operativa bajo un convenio para combatir el narcotráfico. Su retirada se concretó en 2009, tras la entrada en vigor de la Constitución de 2008, que prohíbe la presencia de bases militares extranjeras en el país. Según Machado, durante ese período se produjeron violaciones a la legalidad nacional que no fueron sancionadas debido a los acuerdos bilaterales entre Ecuador y Estados Unidos, lo que constituyó, a su juicio, “una evidente violación de la soberanía”. Añadió que la medida podría afectar la neutralidad de Ecuador en conflictos internacionales, especialmente en escenarios de tensión como el reciente conflicto entre Estados Unidos y Venezuela. Machado opinó que la evidencia reciente indica que, pese al apoyo internacional, los índices de homicidios continúan en aumento en Ecuador, por lo que, a su juicio, la militarización del combate al crimen no sustituye políticas sociales y administrativas efectivas. Por su parte, el analista y profesor de Relaciones Internacionales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Adrián Bonilla, dijo a Xinhua que la militarización ha demostrado ser ineficaz a nivel global en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. “La militarización de la lucha contra el narcotráfico que ha sido una política casi universal en los últimos 40 años, ha fracasado. Esto se debe a que el problema no está necesariamente vinculado con las capacidades militares o de interdicción, sino de un mercado internacional altamente rentable de drogas ilícitas”, apuntó. En ese sentido, sostuvo que Ecuador puede enfrentar el crimen organizado mediante cooperación tecnológica y logística internacional, sin recurrir a la instalación de bases militares extranjeras en su territorio. De acuerdo con el analista, el rechazo al retorno de bases militares en Ecuador responde también a temores sobre el impacto ambiental que podrían generar. “La ciudadanía ecuatoriana está muy sensibilizada a propósito de los temas de medio ambiente y derechos de la naturaleza, y ese es el tema que ha sido más usado en la campaña, más aún, que el de la soberanía”, apuntó. Desde enero de 2024, Ecuador libra un “conflicto armado interno” declarado por el presidente Noboa contra bandas criminales calificadas como “terroristas”, una estrategia que no ha logrado contener la ola de violencia que sacude al país. Según datos de la Policía Nacional, entre enero y octubre de 2025 se registraron 7.439 homicidios, convirtiéndose en el período más violento de la historia reciente de Ecuador. Fin

Por Vimag