SANTIAGO, 18 nov (Xinhua) — Chile votará a su próximo presidente el 14 de diciembre, en un balotaje entre la militante comunista y abanderada de la izquierda oficialista, Jeannette Jara, y el líder ultraderechista del Partido Republicano, José Antonio Kast. Ambos candidatos, vencedores de la primera ronda electoral del domingo pasado, tienen menos de un mes de campaña para asegurar nuevos votos y pactar acuerdos de cara a los siguientes comicios. “La situación de Jara es compleja”, dijo a Xinhua el analista político y académico de la Universidad de Talca Mario Herrera. La exministra del Trabajo y Previsión Social del actual Gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric, consiguió en primera vuelta la primera mayoría de votos, un 26,85 por ciento, pero el resultado fue inferior a lo esperado por su sector, que proyectó una votación sobre el 30 por ciento, ya que Jara representaba a la izquierda transversal. A juicio de Herrera, la izquierdista “no tiene mucho espacio en términos políticos, pero sí en términos electorales”, por lo que deberá salir a conquistar a votantes indecisos y a quienes apoyaron otras candidaturas menos populares en la primera ronda. Por su parte, en la otra vereda política, el exdiputado Kast obtuvo el segundo lugar entre los aspirantes a la presidencia chilena, con el 23,92 por ciento de los sufragios, siendo el vencedor entre tres postulantes de derecha. De acuerdo con expertos, la suma de los votos de las candidaturas derechistas brinda a Kast un “buen piso” para presentarse al repechaje, apoyado por el electorado conservador y contrario al Gobierno progresista. “Ya se sabe cuánto es el votante de izquierda de Jara, eso quedó resuelto en primera vuelta. Ella ahora debe apelar al centro que no la votó y convocar a los dubitativos. Por otro lado, Kast cuenta con el apoyo de las otras dos candidaturas de derecha que se presentaron a la elección y quedaron en el camino, lo que le otorga una ventaja”, afirmó la politóloga Beatriz Araya. Durante la jornada electoral del domingo, la gran sorpresa fue la alta votación obtenida por el economista populista Franco Parisi, fundador del Partido de la Gente (PdG), quien se postuló por tercera vez a unas presidenciales y atrajo el 19,71 por ciento de las papeletas. “Las encuestas subrepresentaron a Parisi. La mayor parte de los marcos muestrales se desarrollan en regiones donde Parisi no obtuvo buena votación, por tanto, más que un voto escondido, lo que tenía era una intención de voto no marcada en las encuestas”, explicó Herrera. A sus ojos, la clave del éxito de Parisi fue “abandonar el eje izquierda-derecha” y optar por “el eje élites-ciudadanía”, un discurso que le valió más de 2,5 millones de votos, en su mayoría concentrados en las regiones del norte de Chile y en algunas localidades del sur. En esa línea, el politólogo Nicolás Freire afirmó que “hay un 20 por ciento de votos de este candidato populista, con un electorado que está más bien enojado, pero no ideologizado. Tenemos que ver a dónde se mueven esos votos, quién les hace guiños”. Un factor decisivo en estos comicios fue el debut del sistema de votación obligatoria mediante inscripción automática para los mayores de edad, lo que significó un alza en la participación ciudadana. De acuerdo con el Servicio Electoral (Servel) de Chile, 13,45 millones de personas acudieron a votar a la primera vuelta de las elecciones presidenciales y parlamentarias, lo que equivale al 85,4 por ciento del padrón inscrito. Fin
