JOHANNESBURGO, 13 nov (Xinhua) — El mundo enfrenta una hora oscura del liderazgo global en décadas, ya que los grandes países no logran responder eficazmente a las crecientes crisis y al desorden mundial, advierte un informe del think tank de Xinhua publicado hoy jueves. La estabilidad del orden internacional depende de la autoridad institucional y de la legitimidad moral de las principales potencias. Uno de los principios fundamentales que rigen el orden internacional moderno es que se espera que los grandes países desempeñen un papel de liderazgo, según el informe titulado “Desarrollar conjuntamente un nuevo modelo de liderazgo global: trabajar juntos en la búsqueda de un sistema de gobernanza global más justo y racional”, publicado por el Instituto Xinhua, un think tank afiliado a la Agencia de Noticias Xinhua. Con este fin, los grandes países deben poseer “la virtud del compromiso” y “el espíritu de generosidad” y, como lo expresó el politólogo británico Hedley Bull, deben “satisfacer las demandas de ciertos cambios justos en el mundo”, señala el informe. Sin embargo, en un momento en que el mundo está asediado por múltiples crisis y es muy esperado un liderazgo responsable de un gran país, más bien ha surgido un espectáculo de negligencia en el cumplimiento del deber y de violación de las normas por parte de una gran potencia, añadió. Desde el sistema de la ONU hasta las instituciones de Bretton Woods, Estados Unidos desempeñó un papel fundamental en la construcción del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en medio del auge de diversos “ismos”, como populismo, conservadurismo, racismo y exclusivismo, Estados Unidos está ahora “abandonando el mundo que creó” y continúa desatando fuerzas destructivas, agrega el informe. El auge del lema “Estados Unidos primero” y del movimiento MAGA (“Hacer a América grande otra vez”) tiene sus raíces en las profundas contradicciones políticas y económicas que existen en el propio Estados Unidos, señala el informe. Desde una perspectiva político-económica, el déficit de liderazgo global es producto de la exposición del mundo contemporáneo a dos niveles de tensión dual: uno es la tensión entre el aumento de las crisis contemporáneas y la menguante capacidad de gobernanza y el otro es la tensión entre la base económica mundial y su superestructura, añadió. Fin
