BUENOS AIRES, 7 nov (Xinhua) — El Gobierno de Argentina derogó hoy viernes 973 normas para reducir la intervención estatal en el sector vitivinícola con el objetivo de otorgar “flexibilidad” a esta industria y “eliminar burocracia”. La medida fue oficializada a través de la Resolución 37/2025 con fecha de expedición 6 de noviembre publicada en el Boletín Oficial. El anuncio contempla que el Instituto Nacional de Vitivinicultura dejará de intervenir en etapas iniciales e intermedias del proceso productivo como la producción en el viñedo, la cosecha, la elaboración o el transporte. El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, confirmó que la resolución deja atrás el régimen en el que “el Estado pretendía controlar cada paso del proceso productivo, para pasar a un modelo donde se enfoca exclusivamente en garantizar la aptitud para consumo del vino”. A través de su cuenta en la red social X, el funcionario indicó que el organismo no intervendrá en esas etapas del proceso y se concentrará de manera exclusiva “en el control de los productos finales embotellados, garantizando que sean aptos para el consumo y no estén adulterados”. “Los controles de trazabilidad, como certificaciones de origen, añada y varietal, pasarán a ser optativos, a disposición de los productores que los requieran en función de sus necesidades comerciales, aunque también lo podrán hacer de manera privada”, agregó Sturzenegger. El ministro mencionó que el sector vitivinícola argentino enfrentaba cuantiosas inspecciones y trámites “innecesarios” que acarreaban “mayor burocracia” e interfieren en la producción. Destacó en esa línea la relevancia de la industria vitivinícola en las exportaciones totales argentinas y la necesidad de ajustarse a los nuevos patrones de consumo a nivel mundial. “La industria del vino ya mostró lo que puede dar. Argentina produce 900 millones de litros de vino por año, lo que la convierte en el quinto productor mundial”, expresó. “Exportamos 800 millones anuales de dólares, pero el consumo mundial del vino está cayendo y los gustos cambian (…) por ello es un imperativo darle a la industria la flexibilidad y libertad necesarias para adaptarse a este cambiante entorno”, agregó el ministro. Fin

Por Vimag