RÍO DE JANEIRO, 5 nov (Xinhua) — La ministra brasileña de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, afirmó hoy miércoles que el mundo necesita establecer una renta básica anual de 1,3 billones de dólares hasta 2035 para financiar la adaptación al cambio climático y la transición energética, con el fin de limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, conforme al Acuerdo de París de 2015. Durante una entrevista concedida en el oficial Canal Gov con motivo de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará en Brasil, la ministra calificó el desafío como una “renta básica para enfrentar la crisis climática” y señaló que los actuales flujos financieros todavía privilegian actividades intensivas en carbono, como la quema de carbón, petróleo y gas. De acuerdo con Marina Silva, en la actualidad se invierten entre cinco y seis billones de dólares al año en actividades intensivas en carbono, razón por la cual consideró necesario reorientar parte de esos recursos hacia la transición energética y ayudar a los países en desarrollo a avanzar, mientras las naciones ricas aceleran sus reducciones de emisiones para alcanzar la neutralidad antes de 2050, idealmente hacia 2040. Destacó que la COP30, que comenzará el próximo lunes en la ciudad amazónica de Belém, debe marcar un punto de inflexión en la gobernanza climática mundial. “Durante 30 años se ha debatido el tema. Ahora no hay más espacio para aplazamientos. A partir de la COP30 comienza la etapa de implementación”, declaró. La ministra brasileña subrayó que los recursos serán esenciales para acelerar la reducción de emisiones derivadas tanto del uso de combustibles fósiles como de la deforestación. Precisó que la deforestación es responsable de alrededor del 10 por ciento de las emisiones globales, mientras que tres cuartas partes provienen del uso de carbón, petróleo y gas. “Sin una reducción drástica de las emisiones generadas por los combustibles fósiles, los bosques podrían degradarse igualmente”, remarcó. Marina Silva recordó que Brasil mantiene compromisos climáticos ambiciosos, entre ellos eliminar totalmente la deforestación ilegal hasta 2030 y reducir entre 59 y 67 por ciento las emisiones netas de gases de efecto invernadero hasta 2035, en comparación con los niveles de 2005. La ministra destacó que, aunque la COP30 se celebrará en Brasil, “no será una COP brasileña ni amazónica, sino una COP en Brasil, en la Amazonia, bajo liderazgo brasileño”, con el propósito de alcanzar resultados que sean “buenos para el equilibrio climático y la continuidad de la vida en el planeta”. Reiteró que el combate a la crisis climática debe entenderse como una agenda ambiental, económica y social, que permita un nuevo modelo de desarrollo sustentable. “No podemos ver la transición climática como un obstáculo al desarrollo, sino como una nueva forma de prosperidad, en la que la naturaleza, el agua, la biodiversidad y los pueblos locales sean preservados”, afirmó. En ese sentido, citó el ejemplo de China, que se ha convertido en “el mayor productor mundial de tecnologías para la transición energética”. “Eso es algo bueno y va en la dirección correcta para crear un nuevo ciclo de prosperidad”, añadió Marina Silva. Fin

Por Vimag