BUENOS AIRES, 2 nov (Xinhua) — La capital de Argentina, la ciudad de Buenos Aires, celebró su fervor por la lectura con una nueva y atractiva edición de la Feria del Libro Antiguo, evento de cinco días de duración que concluyó hoy domingo y dio la posibilidad a quienes asistieron de disfrutar de un exquisito patrimonio bibliográfico nacional y universal. La propuesta, que este año llegó a su edición número 18, se llevó a cabo en el Centro Cultural Palacio Libertad, ubicado en el centro de la capital argentina, organizada por la Asociación de Libreros Anticuarios de Argentina (ALADA). La feria tuvo como eje temático a la mujer argentina escritora y quienes la visitaron pudieron recorrer una treintena de puestos de expositores que ofrecieron ejemplares antiguos de distintos siglos. Contó con ediciones modernas, raras y especiales, así como ejemplares únicos de ilustraciones originales o encuadernaciones artísticas, además de grabados, mapas, fotografías antiguas y afiches, entre otras piezas, siempre con el soporte del papel. El presidente de la ALADA, Roberto Vega, explicó a Xinhua que la feria “siempre es un encuentro que despierta grandes expectativas entre los amantes del libro”, así como entre los profesionales del legado antiguo, bibliófilos, coleccionistas, libreros y público lector en general. “Es una reunión de libreros anticuarios y de maestros artesanos y artistas vinculados al mundo del libro (…) encuadernadores, editores, constructores de papel artesanal. Todo este entramado se vincula a la cultura impresa”, dijo el también titular de “Hilario. Artes, Letras y Oficios”. Vega remarcó que como libreros anticuarios “sentimos que en el ámbito de la feria se revitaliza ese fervor por el patrimonio bibliográfico nacional y universal, y por la voluntad de protegerlo para su disfrute actual y para que las generaciones futuras puedan recibir ese legado de amor, emociones, mensajes, historias y tantas otras tramas que le dan vida y razón de ser a la cultura impresa”. “Para un público curioso extranjero que visita nuestra ciudad, es una ocasión fantástica por conocer la idiosincrasia de este país latinoamericano a través de la letra impresa, desde obras antiguas hasta contemporáneas que también se presentan”, indicó. “Nuestra idea es acceder a un público nuevo, a un público que nos descubra, que descubra el libro lindo, el libro antiguo, el libro especial, las ediciones en primera y las ediciones muy cortas, es decir, el libro raro”, añadió el entrevistado. El evento incluyó mesas de debate sobre mujeres argentinas escritoras, así como de cultura, patrimonio y coleccionismo, al disponer de un espacio-taller de encuadernadores, editores, impresores y otros artistas o artesanos ligados al mundo del libro. Entre los ejemplares antiguos que el público pudo apreciar destacaron desde ediciones del siglo XVI, hasta impresores humanistas del Renacimiento y obras emblemáticas de las vanguardias argentinas. Destacó un ejemplar del “Facundo”, obra del expresidente Domingo Faustino Sarmiento (1868-1874), el primer libro publicado por la Sociedad de Bibliófilos Argentinos, encuadernado por Paul Bonet, el mayor encuadernador francés contemporáneo. Otro de los ejemplares destacados fue “Conquista espiritual” (1639) de Antonio Ruiz de Montoya sobre la historia de misiones religiosas. La ALADA, encargada de la organización de la Feria del Libro Antiguo, fue fundada a mediados del siglo pasado por un grupo de destacados libreros, al agrupar a libreros especializados, anticuarios y editores que asumen la importancia de colaborar con la conservación del patrimonio bibliográfico nacional y universal. Fin
