SAO PAULO, 23 oct (Xinhua) — La Amazonia podría dejar de capturar hasta 2.940 millones de toneladas de carbono para 2030 por la falta de control de la deforestación de la gran selva sudamericana por parte de los gobiernos de los países amazónicos, advirtió este jueves la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG). La entidad reveló en un estudio que incluso si se mantuvieran las actuales políticas ambientales y las tasas recientes de deforestación, la región perdería la capacidad de capturar 1.113 millones de toneladas de carbono al 2030, con respecto a 2023, es decir, un 2 por ciento menos. Según el informe, elaborado por organizaciones civiles y académicas de Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, proteger los bosques mejor conservados de la región, especialmente en territorios indígenas y Áreas Naturales Protegidas, es crucial para frenar el calentamiento global. “Estamos ante una cuenta regresiva ambiental: si no se fortalecen las políticas de protección y no se reconoce el rol central de los pueblos indígenas y las comunidades locales, la Amazonia dejará de ser un aliado climático y se convertirá en una fuente de crisis”, alertó Renzo Piana, director ejecutivo del Instituto del Bien Común, parte de RAISG. Ante esto, la Red llamó a eliminar el desmonte y los incendios forestales, promover modelos económicos de bajas emisiones y reforzar la gestión sostenible de los recursos naturales. En esa línea, recordó que de 1985 a 2023 más de 88 millones de hectáreas amazónicas fueron convertidas en tierras agropecuarias, urbanas y mineras, reduciendo la capacidad de la región para mitigar el cambio climático. La Red destacó que en la Amazonia los territorios protegidos albergan los bosques mejor conservados y presentan las tasas de deforestación más bajas, siendo además responsables del 61 por ciento del carbono capturado en 2023. Mireya Bravo Frey, coordinadora regional del Proyecto de Ciencia y Saber Indígena de la Amazonia, integrante de la RAISG, subrayó que fortalecer la protección de las tierras indígenas y las áreas protegidas significa conservar las mayores reservas de carbono forestal del mundo. Brasil posee el 60 por ciento del territorio de la selva amazónica y ha fijado como meta el cese de cualquier tipo de deforestación hasta 2030, una meta que defenderá en la 30 Conferencia de las Partes (COP30) de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se desarrollará en la ciudad amazónica de Belém, capital del estado brasileño de Pará (norte). Fin

Por Vimag