LA PAZ, 23 oct (Xinhua) — La banca privada boliviana instó hoy jueves al próximo Gobierno que encabezará Rodrigo Paz Pereira a partir del 8 de noviembre próximo, a aplicar medidas urgentes para estabilizar el tipo de cambio de la moneda nacional (boliviano), en medio de una creciente escasez de divisas y un mercado paralelo en que el dólar se cotiza casi al doble de su valor oficial. El secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban), Nelson Villalobos, reconoció en conferencia de prensa que el sistema financiero atraviesa una crisis cambiaria y confió en que el próximo Ejecutivo anuncie un plan creíble para recuperar la liquidez en dólares. “Estamos atentos a conocer cuáles serán esas medidas para estabilizar el tipo de cambio”, afirmó Villalobos, quien advirtió que la falta de divisas afecta la confianza del mercado y la operatividad de los bancos. El tipo de cambio oficial continúa en promedio en 6,96 bolivianos por dólar, nivel que el Banco Central de Bolivia (BCB) mantiene sin variaciones desde noviembre de 2011, mientras que la divisa tiene en el mercado paralelo un precio de 12,7 bolivianos. La política de tipo fijo garantizó por más de una década estabilidad y baja inflación en Bolivia, pero en la actualidad enfrenta una presión inédita por la reducción de ingresos para operaciones comerciales, además del incremento del contrabando, una disminución en las reservas internacionales y la restricción en el acceso a divisas. Para representantes de la banca privada y analistas económicos, la divergencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo ha generado distorsiones económicas y un clima de incertidumbre entre importadores, comerciantes y ahorradores. El programa económico del Partido Demócrata Cristiano (PDC), organización política a la que pertenece Paz Pereira, quien resultó ganador en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales llevadas a cabo el pasado domingo 19 de octubre, propone un sistema de bandas cambiarias. De acuerdo con la propuesta, el tipo de cambio se movería dentro de un rango definido por el mercado, mientras que el Banco Central intervendría para evitar fluctuaciones bruscas mediante compras o ventas de divisas. La banca privada considera que cualquier cambio de régimen cambiario debe ir acompañado de una fuerte inyección de dólares para evitar un desequilibrio financiero y presiones inflacionarias. Bolivia ha mantenido durante 14 años un tipo de cambio fijo y ahora enfrenta el desafío de adaptar su política cambiaria, en el contexto de una economía interna que busca estabilidad. Fin
