BRASILIA, 13 oct (Xinhua) — La ministra brasileña de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, destacó hoy lunes, en la primera jornada de la PreCOP30, la urgencia de ampliar los recursos financieros destinados a la preservación ambiental, especialmente en lo que respecta a los bosques tropicales y ecosistemas marinos. Durante el panel dedicado a la financiación para la naturaleza, realizado en la sesión vespertina de este evento preparatorio de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Silva subrayó que garantizar el éxito del evento que se hará en noviembre próximo en Belém do Pará, requiere un cambio estructural en la asignación de recursos. “Durante décadas, hemos extraído de la naturaleza los recursos que han impulsado este ciclo económico. Ahora es el momento de invertir esa lógica, de redirigir recursos humanos, financieros y tecnológicos para preservar, restaurar y utilizar de forma sostenible los recursos naturales y la biodiversidad”, afirmó la ministra. “Necesitamos cambiar antes de que seamos cambiados por la emergencia climática, por la pérdida de la diversidad biológica, terrestre y marina, por el aumento de la desertificación y la sequía”, agregó. Silva enfatizó que, sin los bosques, el equilibrio climático global no se sostiene, puesto que regulan el clima, almacenan carbono, albergan biodiversidad, garantizan la seguridad alimentaria e hídrica para millones de personas en todo el mundo. Los recursos destinados a su protección, recordó, están muy por debajo de lo necesario. Se estima la necesidad de 282.000 millones de dólares por año, pero actualmente se destina solo un cuarto de ese valor. La ministra defendió la propuesta de un Fondo de Bosques Tropicales Para Siempre (TFFF), liderada por 12 países, entre ellos Brasil, que podrá beneficiar a más de 70 naciones tropicales. “No se trata de una donación, sino de una inversión. El TFFF busca garantizar flujos financieros perennes para proteger la naturaleza y remunerar los servicios ecosistémicos, valorizando el papel de los pueblos indígenas y comunidades tradicionales”, dijo. Subrayó que, cuando esté en funcionamiento, el TFFF podrá generar cerca de 4.000 millones de dólares por año, casi tres veces el volumen actual de financiamiento internacional para los bosques. Otro mecanismo es el de las asociaciones entre entes subnacionales. Juntos, el TFFF y REDD+ podrán generar cerca de 9.000 millones de dólares anuales, cubriendo casi el 60 por ciento de la financiación necesaria para lograr la deforestación cero en 2030. Según Silva, otra parte fundamental de la ecuación es el océano, donde también hay un desequilibrio. Los recursos destinados a la conservación oceánica suman solo 1.200 millones de dólares por año, cuando serían necesarios cerca de 16.000 millones. “Es hora de transformar el compromiso en acción: planificar y financiar la transición para la restauración y para el fin de la deforestación y fortalecer las acciones de conservación del océano. Este proceso debe ser justo e inclusivo para personas, países y regiones, sobre todo las más vulnerables”, apuntó. Fin