Por Carina López y Ricardo Montoya POZA RICA, México, 12 oct (Xinhua) — El estado mexicano de Veracruz, en la región oriental del país, enfrenta una severa emergencia derivada del desbordamiento del río Cazones que arrasó con viviendas, caminos y cosechas, en la región norte de la localidad del Golfo de México. El río Cazones tiene una longitud aproximada de 145 kilómetros y es una de las principales fuentes de agua de la región norte del estado litoral de Veracruz, donde al menos 69 municipios se reportan con afectaciones. Entre los municipios que han resultado más afectados están Álamo y Poza Rica con más de 16.000 viviendas dañadas, así como 42 comunidades con dificultades de acceso y 51 derrumbes, según cifras oficiales preliminares. Las lluvias persistentes iniciadas desde el pasado 8 de octubre dejaron calles convertidas en torrentes y casas debajo del agua, cuyo nivel según testigos superó los cuatro metros y arrastró automóviles, dañó negocios y dejó a miles de personas damnificadas. Una de las personas que resultaron afectadas es Martín Padilla Benavides, propietario de un taller mecánico que durante 15 años fue su fuente de sustento y orgullo, en un barrio de la ciudad veracruzana de Poza Rica. “Se salió el río. El río creció y se desbordó y nos inundó. Normalmente, cuando llueve mucho aquí, sí nos inundamos, pero leve. Ahorita lo que pasó es que llovió mucho en la parte alta o abrieron las compuertas de la presa (de Necaxa)”, dijo Padilla Benavides en plática con Xinhua. “La verdad, no sé qué pasó en Necaxa. Nada más de repente subió el agua en cuestión de media hora. No nos dio tiempo de nada”, comentó. Tras las fuertes precipitaciones, el lugar de trabajo del mexicano quedó inundado y cubierto de lodo, establecimiento donde trabajan tres personas que ya remueven el lodo y tratan de rescatar lo poco que quedó. El panorama en el lugar es realmente difícil, ya que las herramientas, los muebles y todo el equipo de trabajo de Padilla Benavides han resultado dañados. “Cuando vimos que iba muy rápido (el agua) y que nada más de repente se empezó a meter, no pudimos sacar nada (…) de hecho, hubo gente en la parte de allá que no sabe nadar (…) y entonces perecieron”, comentó. Con visible tristeza, Padilla Benavides observa lo que quedó de su taller, consciente de que todo lo que construyó en más de una década se perdió en cuestión de horas. “Ojalá y salgamos pronto de esto porque es algo muy difícil. De aquí nos mantenemos y hay gente que perdió todo (…) hay gente que perdió todo lo que ha hecho a través de su vida”, compartió el habitante de Poza Rica. El agua dejó a varias familias atrapadas o incomunicadas, mientras que algunos vecinos gritaban y pedían ayuda desde los techos de las viviendas, al tiempo que en poblados cercanos al río familias enteras intentan rescatar muebles, documentos y recuerdos atrapados en el agua. La fuerza del río no solo se llevó pertenencias, sino también la tranquilidad de mujeres y niños, quienes enfrenan también la incertidumbre de comenzar de nuevo sus actividades cotidianas pero sin pertenencias. Habitantes de la zona han salido a las calles para brindar apoyo a quienes lo perdieron todo, tal como lo ha hecho Arturo Pérez Vázquez, quien decidió salir de su casa para ofrecer alimentos y ayuda a quienes resultaron afectados. “Es ponernos en el lugar de estas personas que están viviendo una triste situación, lamentablemente. No se le puede echar la culpa aquí a nadie porque son situaciones de la naturaleza. Con la naturaleza no podemos jugar”, dijo a Xinhua el estudiante de ingeniería petrolera. Con el apoyo de sus padres, hermanos y algunos amigos, Pérez Vázquez organizó una jornada solidaria para repartir café, tamales, sándwiches, ropa, etcétera, entre las familias, al demostrar con ello que la unión y la empatía pueden marcar la diferencia en medio de la tragedia. Al igual que el estudiante, Jesús Juárez Ortiz participa como voluntario en las labores de apoyo a la comunidad, pues aunque se dedica a la música, decidió acudir a la zona afectada al conocer que varios amigos de su gremio lo perdieron todo por las inundaciones. Juárez Ortiz constató al llegar a la zona que cualquier ayuda es importante, así que se sumó de manera activa a las labores de rescate y asistencia. El voluntario aprovechó contar con plantas de luz y cargadores de teléfonos móviles para ponerlos a disposición de las personas afectadas, así que ya pueden comunicarse y mantenerse en contacto en la medida de lo posible. La empatía y la cooperación en medio de la adversidad son fundamentales para que las comunidades aledañas al río Cazones del estado de Veracruz puedan sobreponerse y continuar con sus vidas. Fin
