PARAUAPEBAS, Brasil, 12 oct (Xinhua) — Una novedosa iniciativa de la empresa de nueva creación Belterra Agroflorestas de Brasil ayuda a recuperar zonas degradadas por la ganadería en la Amazonia brasileña, al combinar la restauración ambiental y la productividad del suelo con beneficio económico para las comunidades rurales, según sus creadores y promotores. Nacida en 2020 con el propósito de impulsar sistemas agroforestales a gran escala, la empresa Belterra Agroflorestas desarrolla un modelo que busca regenerar la salud del suelo mediante la restauración del paisaje natural y recuperar la biodiversidad en áreas severamente afectadas por el avance de pastizales para el ganado. El emprendimiento actúa en siete estados brasileños con proyectos en biomas amenazados como la Amazonia (noroeste), la Mata Atlántica (suroeste) y el Cerrado (centro). Belterra Agroflorestas adquirió 56 hectáreas de terreno degradado en la hacienda de San Francisco con el propósito de su transformación en área experimental de producción agroforestal, en una zona rural del municipio de Parauapebas, en el estado amazónico de Pará (norte). Con apoyo del Fondo Vale, brazo social de la minera Vale que pretende recuperar medio millón de hectáreas de bosques brasileños para el 2030, el proyecto se ha convertido en un laboratorio a cielo abierto sobre la manera de restaurar el suelo sin sacrificar la productividad. El supervisor del campo de Polo de Carajas, Antonio Marcos Santos, explicó a Xinhua que la iniciativa nació con el objetivo de “transformar” áreas degradadas en fuentes de agua y bosque, además de generar al mismo tiempo empleo e ingresos para las comunidades rurales. Marcos Santos explicó que los Sistema Agroforestales conocidos como SAF de tipo sostenible que aplican combina cultivos de corto plazo como maíz, frijol, sandía o calabaza con especies de largos períodos como cacao. “Así garantizamos ingresos en el primer año de trabajo y sostenibilidad económica después, cuando comienzan a producir los cultivos principales”, dijo a Xinhua el entrevistado. Marcos Santos comentó que aunque el cacao es el eje central del modelo, el sistema está diseñado para adaptarse a cada tipo de suelo y respetar el entorno natural. “Nuestro objetivo no es intervenir en áreas de bosque nativo, sino aprovechar las zonas ya degradadas. Allí implementamos un proyecto agroforestal sostenible que regenera el suelo y, al mismo tiempo, produce alimentos”, afirmó. Precisó que además del cacao, entre los productos cultivados destaca el plátano que registra entre 5 y 6 toneladas del fruto al mes, así como la yuca y el maíz, mientras que la producción de la fuente del chocolate está en fase experimental con entre 100 y 150 kilogramos por trimestre. El SAF permite de esta manera aprovechar la sinergia entre especies, al favorecer la cobertura vegetal y la retención de nutrientes. “Tomamos un suelo degradado, hacemos los análisis necesarios y realizamos todas las correcciones con fertilizantes orgánicos y leguminosas que ayudan en la regeneración. Así lo convertimos en un suelo nuevamente productivo, respetando siempre la legislación y el medio ambiente”, añadió Marcos Santos. En tanto, el también supervisor del proyecto, Víctor Pires, consideró que esta experiencia representa una forma concreta de reconciliar la producción de alimentos con la recuperación ambiental. “Esta zona era solo pasto (para ganado). Hoy tenemos cacao, plátanos y especies forestales, y han vuelto los animales silvestres: capibaras, tapires, armadillos. Restauramos la zona y devolvemos vida al ecosistema”, explicó Pires a Xinhua. El proyecto abarca unas 30 hectáreas con cerca de 1.000 plántulas de cacao por hectárea y otras 100 de especies forestales para totalizar 30.000 árboles, según la explicación del también productor. “Lo importante es que el sistema ya demuestra que es posible recuperar el suelo y al mismo tiempo generar rentabilidad”, complementó Pires, quien reconoció además que uno de los principales desafíos es el acceso al agua. “Dependemos mucho del clima, y durante los meses más secos de marzo a octubre tenemos que usar camiones cisterna y aspersores. El agua es nuestro mayor reto”, consideró. A pesar de estas dificultades, el modelo comienza a inspirar a otros productores rurales, ya que “muchos agricultores de la región vienen a ver lo que hacemos aquí”. “Ven que es rentable y sostenible. Si tienen un terreno sin uso, nos permiten arrendarlo o trabajar juntos. En tres o cuatro años, ese terreno está produciendo cacao y especies forestales, y su valor aumenta”, comentó el supervisor de la iniciativa empresarial de nueva creación. Los productos cultivados se venden a cooperativas y asociaciones locales que abastecen programas de alimentación escolar. Con el repunte mundial de los precios del cacao, la iniciativa también representa una oportunidad estratégica en el terreno económico. Belterra Agroflorestas planea en tal sentido expandir el modelo a otras propiedades cercanas y replicarlo en distintos estados de Brasil. “Nuestro propósito es demostrar que la reforestación puede ir de la mano con la generación de ingresos. Recuperar la selva y producir alimentos no son objetivos opuestos, sino complementarios”, concluyó el supervisor del emprendimiento. Fin