SAO PAULO, 30 sep (Xinhua) — La combinación de políticas públicas, mecanismos internacionales de preservación y autorregulación de actores económicos fueron clave en la reducción de la destrucción ambiental en el Arco de la Deforestación, una de las zonas más afectadas de la amazonia brasileña, según revela un estudio divulgado hoy martes por el Instituto Esfera de Estudios e Innovación, con sede en Sao Paulo. El informe, elaborado por académicos, busca posicionar el debate sobre políticas públicas y privadas integradas en el contexto de la 30ª Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se llevará a cabo en la ciudad de Belém, capital del estado amazónico de Pará (norte), en noviembre próximo. “Queremos poner en debate, con esta investigación científica, las acciones para reducir la deforestación, con foco en el desarrollo de la bioeconomía y la preservación, a la par de la actividad económica”, dijo a Xinhua el director académico del Instituto Esfera, Fernando Meneguin, al presentar el trabajo. Según el informe, con base en datos satelitales oficiales, la pérdida de cobertura forestal en el Arco de la Deforestación, una región que abarca parte de los estados de Pará, Mato Grosso, Rondonia, Tocantins y Acre, cayó un 25,8 por ciento en 2024, tras haber retrocedido un 23,8 por ciento en 2023. El documento, titulado “Análisis de los determinantes de la deforestación en el Arco de la Deforestación Brasileño”, fue elaborado por el economista ambiental Waldecy Rodrigues, de la Universidad Nacional de Brasilia. El estudio combina modelado econométrico con evaluación de políticas públicas, y fue promovido por el centro de estudios del Grupo Esfera, un conglomerado empresarial brasileño. Entre los factores que ayudaron a frenar la deforestación ilegal, principalmente asociada a la ganadería, minería y la explotación maderera, el informe destaca políticas adoptadas en las últimas décadas como la Ley de Delitos Ambientales, el monitoreo satelital del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, siglas en portugués) y los compromisos de autorregulación asumidos por productores de soya y carne. El estudio plantea tres posibles escenarios hasta el 2050. En el más pesimista, si se debilitan las instituciones y se relajan los compromisos internacionales, la deforestación podría superar los 1,2 millones de hectáreas hacia 2045. En cambio, un escenario de gobernanza sólida permitiría compatibilizar la expansión agropecuaria con la preservación ambiental, una tendencia que ya se ha observado en los dos últimos años. Aunque el Arco de la Deforestación representa apenas el 10 por ciento de la Amazonia brasileña, concentra el 45 por ciento de toda la deforestación registrada en el país y el 75 por ciento de la pérdida acumulada en la región. En 2022, esta área también fue responsable del 77 por ciento de los focos de calor registrados. El informe destaca, además, que esta región tiene un alto potencial para integrar conservación y desarrollo, especialmente mediante cadenas de valor sostenibles como las de plantas medicinales y alimentos nativos. Camila Funaro Camargo Dantas, CEO del Instituto Esfera, subrayó que la difusión del estudio busca reforzar el papel de Brasil en la agenda climática global. “El estudio confirma que la preservación de la Amazonia y del bioma Cerrado depende sobre todo de la calidad de la gobernanza. El futuro de nuestros bosques está ligado a la fuerza de las instituciones y a la consistencia de las políticas públicas”, afirmó, al señalar la importancia del tema de cara a la COP30. Fin

Por Vimag