QUITO, 11 sep (Xinhua) — El Gobierno y sectores de oposición en Ecuador midieron hoy jueves fuerzas en una jornada de movilizaciones en las calles de Quito y Guayaquil, las principales ciudades del país, marcadas por agendas distintas. Ambas marchas se realizaron en medio de la crisis de seguridad sin precedentes que afronta el país y un escenario político marcado por leyes polémicas del mandatario, que además impulsa una consulta popular y referendo constitucional, que ha generado críticas. La jornada inició con una multitudinaria marcha convocada por el propio mandatario en “defensa de la paz y la justicia”, que reunió a miles de simpatizantes en la ciudad costera de Guayaquil (suroeste), la urbe más grande y con mayores índices de violencia del país sudamericano. “Esto de aquí es una marcha pacífica, es una marcha ciudadana. Es una marcha, también, firme contra los de siempre”, dijo el presidente en un breve discurso en alusión a sus detractores. Noboa, quien el pasado 24 de mayo inició un nuevo mandato presidencial hasta 2029, cuestionó a la Corte Constitucional, con la que mantiene una relación tensa por recientes dictámenes sobre decisiones del Gobierno relacionadas con leyes urgentes y preguntas para el plebiscito. “Quieren mantener todo igual, quieren estar de lado de los violadores, quieren estar de lado de los narcotraficantes, de los criminales (…) Nosotros no podemos permitir eso, tenemos que levantar nuestra voz”, apuntó en tono enérgico. Agregó que los ecuatorianos deben “exigir” poder decidir en las urnas el rumbo del país, al referirse al plebiscito que calificó como la “batalla final” en su objetivo de transformar el país. “Eso es el corazón de la democracia, sin posturas, sin extremismos, sino pura democracia, dejar decidir a la gente. Que existan preguntas importantes, cuestionamientos en lo cual la ciudadanía pueda pronunciarse”, aseveró. Esta fue la segunda movilización convocada por el presidente Noboa, quien el pasado 12 de agosto ya encabezó una marcha que llegó a la Corte Constitucional. Por su parte, sindicatos de trabajadores, indígenas, sectores sociales y estudiantiles, protagonizaron en la tarde una masiva contramarcha en Quito, la capital del país, en una jornada marcada por un fuerte operativo de seguridad para evitar desmanes. La movilización opositora se concentró en el centro histórico, lo que llevó a la fuerza pública a colocar vallas en la Plaza Grande donde se ubica la sede de la Presidencia, que estuvo resguardada por algunas tanquetas militares. “Esto no es pagado, es pueblo organizado”, coreaban los manifestantes de la marcha, que fue liderada por dirigentes sindicales y de otros sectores que portaban carteles con mensajes de rechazo a las políticas del Gobierno, al que tildan de “autoritario”. “Miles de familias han sido golpeadas por despidos masivos. Los hospitales carecen de medicinas, hoy quieren imponer leyes que precarizan derechos y profundizan la desigualdad”, dijo a periodistas Edwin Bedoya, presidente del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la principal central sindical. La protesta se extendió a otras ciudades del país y se reportaron incidentes con la fuerza pública en la provincia amazónica de Zamora Chinchipe. Fin