BUENOS AIRES, 11 sep (Xinhua) — Un grupo de 10 migrantes argentinos deportados por Estados Unidos arribó el jueves por vía aérea al país sudamericano. El viaje se realizó en un avión Boeing 767-300 operado por la empresa Omni Air International que incluyó escalas previas en Bogotá (Colombia) y Belo Horizonte (Brasil), también con personas deportadas. “Es notable el odio en cuanto al racismo en esta paupérrima gestión de (Donald) Trump”, dijo Maximiliano García, uno de los deportados, ante la prensa en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, ubicado en la periferia sur de Buenos Aires, la capital del país austral. García contó que había emigrado a Estados Unidos en 2001 y dijo que no tenía previsto regresar a Argentina. “Están partiendo familias a la mitad. Hay cosas inverosímiles de las cuales se están agarrando para sacarse de encima a los inmigrantes”, se quejó el hombre. García indicó que al ser detenido las autoridades estadounidenses le informaron de que había una orden de deportación en su contra que databa de 2015, pero afirmó que nunca fue notificado. Precisó que fue detenido el 21 de agosto, cuando concurrió a una oficina de inmigración para ajustar su situación, ya que su hija, nacida en el país norteamericano, había cumplido 21 años y podía hacer una petición familiar para que él tuviera la residencia legal permanente. “Es extraño estar detenido en una situación tan inusual, esta gestión de Trump es una página negra dentro de la historia gloriosa de Estados Unidos. A los ojos de ellos, nosotros somos criminales”, señaló el hombre. La prensa local indicó que no hubo comunicaciones oficiales de parte del Gobierno argentino en torno al arribo del vuelo con migrantes. Sí se pronunció el embajador argentino en Estados Unidos, Alejandro Oxenford, que la víspera se refirió al tema en diálogo con la radiodifusora Mitre y dijo que Argentina está entre los países con menor cantidad de deportados en la región. “Literalmente, el número argentino es infinitésimo”, sostuvo el diplomático. Agregó que las deportaciones “pueden tener que ver con delitos de todo tipo, o con cuestiones vinculadas a la inmigración. Es una potestad de cada país decidir qué hacer con las personas que violan la ley dentro de su territorio”, dijo. Mario Robles, otro de los argentinos deportados, contó ante la prensa que fue detenido hace poco más de un mes en el estado de Texas (sur), tras haber cruzado a EE. UU. desde México. “No somos criminales, no matamos ni violamos, solo vamos por el ‘sueño americano'”, afirmó el joven, que quedó separado de su esposa y su hijo, que están en México. Los migrantes fueron recibidos en la terminal de Ezeiza por familiares y allegados. Fin