KUNMING, China, 7 sep (Xinhua) — Un informe de un think tank fue presentado hoy domingo durante el Foro de Medios de Comunicación y Think Tanks del Sur Global 2025, y examina de forma sistemática los hechos históricos, los métodos de operación y los riesgos globales de la campaña de larga data de Estados Unidos para la colonización de la mente. El informe, titulado “Colonización de la Mente: Los Medios, Raíces y Peligros Globales de la Guerra Cognitiva de Estados Unidos”, fue presentado por el Instituto Xinhua, un think tank afiliado a la Agencia de Noticias Xinhua, en la ciudad suroccidental china de Kunming. El informe sostiene que Estados Unidos ha buscado desde hace mucho tiempo consolidar su hegemonía a través de la infiltración ideológica y la manipulación del discurso. Sin embargo, con el acelerado despertar del Sur Global y el declive de la hegemonía estadounidense, su hipocresía está siendo evidenciada. HISTORIA OSCURA Las semillas de la colonización ideológica estadounidense fueron sembradas desde la fundación de la nación, señala el documento. Desde finales del siglo XVIII hasta el siglo XIX, Estados Unidos buscó la expansión territorial incansable con el pretexto del “Destino Manifiesto”. Cuando emitió la “Doctrina Monroe”, Estados Unidos incorporó a América Latina en su esfera de influencia enarbolando los estandartes de “oposición a la injerencia europea” y “América para los americanos”. El poder nacional estadounidense repuntó durante las dos Guerras Mundiales y su exportación ideológica durante este período sentó las bases históricas para su búsqueda masiva de la colonización de la mente en las décadas siguientes. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos vinculó la ayuda económica bajo el Plan Marshall a la alineación ideológica, consolidando al bloque capitalista contra la Unión Soviética. Durante la Guerra Fría, medios de comunicación como la Voz de América y Radio Europa Libre inundaron a países socialistas con propaganda de la “superioridad” del “Mundo Libre”. Luego de la Guerra Fría, se presenció la intensificación de las prácticas estadounidenses. Con el pretexto de extender la “democracia” y la “libertad”, Washington derrocó gobiernos y fomentó la agitación. Tras los ataques del 11 de septiembre, introdujo el combate del terrorismo en la agenda global, y aprovechó el pretexto para exportar valores y emprender guerras. En años recientes, impulsado por la ansiedad hegemónica, Estados Unidos ha escalado más la guerra cognitiva, explotando la inteligencia artificial para manipular el flujo de información y moldear las percepciones mundiales a su favor. Estados Unidos ha estado exportando sus sistemas político y económico y valores como “democracia” y “libertad” a nivel mundial, al mismo tiempo que deconstruye deliberadamente ideologías no estadounidenses y suprime las culturas indígenas para impulsar la dependencia filosófica y la obediencia mundiales. A través de su doble estrategia de construcción expansionista y deconstrucción destructiva, la colonización ideológica de Washington ha alcanzado un impacto que supera al de cualquier imperio previo. SISTEMA ORQUESTADO El informe revela que la colonización de la mente de Washington no ha sido un conjunto de acciones aisladas sino un sistema orquestado meticulosamente que se extiende a múltiples esferas y actores. El colosal aparato de propaganda nacional de Estados Unidos funciona como el centro neurálgico y comando de la colonización de la mente. Bajo la guía del Gobierno estadounidense, los órganos pertinentes de toma de decisiones del Congreso, del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Estado del país sostienen con regularidad reuniones y formulan temas específicos y objetivos de operación, ordenan y coordinan recursos de todo tipo, e impulsan colectivamente la colonización de la mente recurriendo a medios oficiales, tales como discusiones de iniciativas de ley, promulgación de legislación y determinación de prohibiciones. Encabezadas por el Gobierno estadounidense, diversas instituciones sociales, desde medios de comunicación, think tanks y organizaciones no gubernamentales (ONG), se dedican activamente a manipular y controlar la opinión pública y a moldear percepciones, lo que forma una fuerza colectiva para la colonización de la mente. Las ONG son las promotoras clave detrás de la escena. La Fundación Nacional para la Democracia, aunque teóricamente independiente, recibe gran parte de su financiamiento del Congreso y canaliza recursos a grupos políticos, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil en países objetivo. Organizaciones similares operan bajo modalidades semejantes, impulsando agendas ideológicas y orquestando “revoluciones de color” o movimientos políticos alineados con los intereses estadounidenses. Los medios de comunicación funcionan como conducto para el flujo de ideas y como un escenario para la lucha de ideas. Los medios de comunicación estadounidenses transmiten imágenes seleccionadas cuidadosamente del país mismo como un bastión de libertad y prosperidad, en tanto que difaman a los sistemas no occidentales. Los think tanks representan la fuerza incondicional que opera activamente en primera línea. En años recientes, un conjunto de think tanks, bajo los auspicios del Gobierno estadounidense, han proporcionado municiones para la guerra de la información y para la guerra cognitiva lanzada por el Gobierno estadounidense a través de métodos como la invención de conceptos, la formulación de propuestas y la publicación de informes. En la era digital, por medio del control de la infraestructura de internet, plataformas de redes sociales y algoritmos basados en inteligencia artificial, Estados Unidos puede monitorear, guiar y manipular la opinión pública con una precisión nunca antes vista. Mediante la moderación de contenido, la selección algorítmica y la creación de burbujas de información, Estados Unidos suprime las voces disidentes y amplifica las narrativas favorables a él, fortaleciendo su campaña de colonización ideológica mundial. PELIGROS PARA EL MUNDO Según el reporte, el “colonialismo de la mente” llevado a cabo por Estados Unidos ha provocado un sinfín de calamidades a países del mundo entero. Estados Unidos tiene la capacidad de implantar los valores estadounidenses en “países enemigos” para alcanzar el objetivo de subvertir al Gobierno involucrado. Como observa el escritor estadounidense William Blum en “La exportación más letal de Estados Unidos: democracia”, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha buscado derrocar a más de 50 gobiernos extranjeros y ha interferido descaradamente en las elecciones de al menos 30 países. La invasión iraquí, justificada con la falsa acusación de “armas de destrucción masiva” amplificada por medios y políticos estadounidenses, ejemplifica cómo Washington convierte las mentiras en consenso global para legitimar la guerra. Más allá de derrocar a gobiernos extranjeros y provocar conflictos geopolíticos, el daño más profundo de la colonización ideológica consiste en erosionar la independencia espiritual de una nación y formar fuerzas proestadounidenses. La prolongada infiltración ideológica ha lavado el cerebro de ciertas élites en algunos países en desarrollo, estimulando un síndrome de domesticación cultural en el cual pierden confianza en lo nacional y actúan como representantes de los intereses estadounidenses. Esto, a su vez, cultiva una tendencia de consentir la coerción y hostigamiento estadounidenses, lo que erosiona la capacidad de la nación para defenderse. Además, Estados Unidos emplea la colonización de la mente para dirigir a las naciones hacia caminos de desarrollo no adecuados a sus condiciones por medio de la exportación agresiva de sus modelos económicos, tales como el llamado Consenso de Washington de carácter neoliberal. El resultado ha sido el estancamiento político y la dificultad social frecuentes. En años recientes, los países del Sur Global han resistido cada vez más el control ideológico estadounidense y buscado el desarrollo independiente basado en sus propias condiciones nacionales y confianza cultural. Como un miembro importante del Sur Global y a partir de su propia experiencia de desarrollo y de las aspiraciones comunes de los pueblos de todo el mundo, China ha presentado una serie de propuestas, incluyendo la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global, la Iniciativa para la Civilización Global y la Iniciativa para la Gobernanza Global. Estas iniciativas brindan nuevas ideas y soluciones para que los países acaben con los mitos de valor, se liberen de la dependencia de la mente y emprendan un camino de desarrollo independiente y autónomo. Fin