Por Pablo Giuliano SAO PAULO, 4 sep (Xinhua) — La Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que se realizará en noviembre en Brasil será el primer gran encuentro climático tras la “gran disrupción” contra el multilateralismo y la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos. Sin embargo, esto no impedirá que el sector privado estadounidense siga respaldando los objetivos del Acuerdo de París, aseguró hoy jueves el empresario agrícola Marcello Brito. Brito, secretario ejecutivo del Consorcio de los Estados de la Amazonia para la COP30, afirmó en entrevista con Xinhua que si bien el Gobierno de Estados Unidos se ha retirado del Acuerdo de París habrá espacio para que se avance con el sector privado estadounidense y otros países. La COP30 se realizará en la ciudad de Belém, capital del estado amazónico de Pará, en medio de un clima de crisis bilateral entre Brasil y Estados Unidos. Washington ha impuesto aranceles del 50 por ciento a productos brasileños y sanciones a funcionarios, además de avisar que no participará en la cita sobre cambio climático. “Sería ingenuo pensar que todo comenzó con Trump, pero su gobierno simbolizó un quiebre en el multilateralismo. Lo que vivimos es un verdadero reordenamiento geopolítico mundial”, señaló Brito, durante su participación en el Foro Latinoamericano de Economía Verde (Flev), en Sao Paulo. “¿Es malo tener a Estados Unidos fuera? Pésimo. Sigue siendo la mayor potencia del mundo. Pero no impide que otros países avancen”, indicó el empresario, quien actúa como vínculo entre las demandas de los estados amazónicos y la agenda de la COP30. Subrayó, sin embargo, que el peso real de la política climática estadounidense no está en la Casa Blanca, sino en la sociedad civil y en las empresas. “Las compañías y los ciudadanos norteamericanos no abandonaron el Acuerdo de París. Gobernadores de estados demócratas participarán de los encuentros subnacionales. Una cosa es la postura protocolar del gobierno y otra es la estructura económica y social, que sigue en el debate”, puntualizó. Brito vinculó la cuestión climática a la seguridad alimentaria, tras recordar que el país es un gran exportador de alimentos y que el agronegocio brasileño está involucrado en la sostenibilidad y en mantener la selva en pie. “Hoy las grandes empresas del agro ya pueden ser llamadas agroambientales. El desafío mayor no es deforestación sí o deforestación no, sino todo el sistema alimentario global: transporte, comercio, tarifas internacionales, seguros. La burocracia puede tener más efectos que la propia deforestación”, dijo. En opinión del dirigente, la COP30 debe servir para responder a problemas concretos de los habitantes urbanos y rurales de la Amazonia. “Por eso es clave conocer la opinión de la gente que vive en los estados amazónicos. Cuanto más discusión, más obligación tienen los gobiernos de ser transformadores”, afirmó. Sobre el papel de Brasil, Brito fue enfático: “Somos líderes alimenticios, pero no ambientales aún del todo. Para serlo, necesitamos enfrentar el tema de la deforestación y demostrar que nuestros activos ambientales están al servicio del país y luego del mundo”, dijo. Fin

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