LA PAZ, 21 ago (Xinhua) — El Tribunal Supremo Electoral (TSE) finalizó hoy jueves el cómputo oficial del 100 por ciento de las actas y confirmó que Bolivia celebrará, por primera vez en su historia, una segunda vuelta presidencial. El balotaje, previsto para el 19 de octubre, enfrentará al senador centrista Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002), candidato de derecha de la alianza Libre. La confirmación marca un hito político para Bolivia, acostumbrada estas últimas dos décadas a triunfos en primera vuelta con mayorías absolutas. El proceso abre un escenario de incertidumbre y reconfiguración de fuerzas, en un país que atraviesa tensiones económicas y sociales y que celebra el Bicentenario de su independencia este año 2025. Según los datos finales difundidos por el TSE, la fórmula Paz Pereira-Edman Lara Montaño obtuvo la primera posición frente a siete binomios en competencia. Según los datos oficiales del cómputo nacional, el PDC obtuvo un 32,06 por ciento de los votos, equivalente a 1.717.532 sufragios. En segundo lugar, con 1.430.176 votos (26,70 por ciento), quedó la dupla Quiroga-Juan Pablo Velasco, que disputará la presidencia en el balotaje. El tercer puesto fue para la alianza Unidad, con Samuel Doria Medina y José Luis Lupo, que sumaron 1.054.568 sufragios (19,69 por ciento), cifra suficiente para garantizar representación legislativa, pero no para llegar a la segunda vuelta. El cuarto lugar fue para Alianza Popular, encabezada por Andrónico Rodríguez y Mariana Prado, con 456.002 votos (8,51 por ciento). En quinta posición quedó Autonomía para Bolivia-Súmate, del alcalde cochabambino Manfred Reyes Villa y el concejal cruceño Juan Carlos Medrano, con 361.640 votos (6,75 por ciento). Más atrás acabó el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), que participó dividido y obtuvo con su candidato, el exministro Eduardo del Castillo, 169.887 votos (3,17 por ciento), apenas suficiente para mantener su personería jurídica. En contraste, dos fuerzas menores, Fuerza del Pueblo y Libertad y Progreso/ADN, no alcanzaron el umbral del 3 por ciento y perderán su inscripción legal. Los votos en blanco fueron del 2,50 por ciento (172.835 votos), mientras que los nulos fueron del 19,87 por ciento (1.371.049 votos). Los comicios del 17 de agosto movilizaron a más de 7,9 millones de ciudadanos, de los cuales 369.931 votaron desde 22 países. La renovación incluyó la presidencia, vicepresidencia, 36 escaños del Senado, 130 de diputados y nueve representantes supraestatales. El padrón refleja la transformación demográfica boliviana: el 23 por ciento de los votantes tiene menos de 30 años y más de la mitad no supera los 40. La concentración urbana también fue decisiva: tres de cada cuatro electores residen en Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, departamentos que se perfilan como clave en el balotaje, pues concentran dos tercios del total de la población del padrón. El proceso electoral fue seguido con lupa dentro y fuera del país. El TSE habilitó 34.026 mesas en 5.727 recintos y desplegó lo que su presidente, Óscar Hassenteufel, calificó como “el control electoral más amplio de la historia democrática boliviana”. En total, 19 misiones de observación, 14 internacionales y cinco nacionales, acompañaron la jornada, entre ellas delegaciones de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea, las Naciones Unidas y la Unión Interamericana de Organismos Electorales (Uniore). Más de 3.500 observadores nacionales e internacionales verificaron el desarrollo de la votación y el conteo. Las misiones destacaron la organización del proceso y la confiabilidad del nuevo Sistema de Resultados Electorales Preliminares (Sirepre), utilizado por primera vez en estos comicios para difundir resultados provisionales la misma noche de la votación. Su coincidencia casi exacta con el cómputo oficial contribuyó a reforzar la confianza en el TSE, tras los cuestionamientos que persisten desde la crisis política de 2019. El balotaje entre Paz y Quiroga abre una etapa inédita en Bolivia. Por un lado, Paz Pereira, actual senador e hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, encarna una opción centrista y moderada que busca capitalizar el voto rural, urbano y juvenil. Por otro lado, Quiroga, quien gobernó entre 2001 y 2002, representa a la derecha liberal tradicional con un discurso orientado a la estabilidad económica y la seguridad jurídica. Bolivia, por primera vez en su historia democrática, definirá a su presidente en segunda vuelta. El desenlace no determinará solo quién gobernará hasta 2030, sino también qué rumbo tomará el país en pleno Bicentenario. Fin