LA PAZ, 22 jul (Xinhua) — A menos de un mes de las elecciones generales, la izquierda boliviana llega fracturada y sin señales de reconciliación. El llamado del presidente Luis Arce y del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) para conformar un bloque único de cara a los comicios del próximo 17 de agosto ha sido recibido con más rechazos que apoyos. Las principales fuerzas progresistas del país, incluidos sectores leales al expresidente Evo Morales y al joven candidato emergente Andrónico Rodríguez, han declinado asistir a la reunión de unidad convocada por el oficialismo para el próximo jueves. La negativa revela la profundidad de la crisis interna que atraviesa el MAS y la creciente dispersión del voto progresista. El pasado 17 de julio, Arce sostuvo que dicha convocatoria no responde a “intereses partidarios individuales, sino a una necesidad histórica y social de aglutinar” a las organizaciones y movimientos que comparten principios de soberanía, justicia social y defensa del Estado Plurinacional. Las últimas encuestas muestran un marcado retroceso del bloque de izquierda: Andrónico Rodríguez, actual presidente del Senado y líder de la Alianza Popular, se ubica en tercer lugar en intención de voto, detrás de los candidatos de derecha Samuel Doria Medina (Alianza Unidad) y Jorge Quiroga (Libre). Otros aspirantes progresistas, como Eduardo Del Castillo (MAS) y Eva Copa (Morena), no superan el 2 por ciento en los sondeos. Grover García, presidente del MAS afín al gobierno, confirmó este martes que ninguna de las agrupaciones convocadas ha respondido hasta el momento. “Lo único que queremos es que no se distribuyan los votos, más bien se consoliden los votos”, declaró en entrevista con “Correo del Sur Radio”. Consultado sobre una posible candidatura unificada encabezada por Rodríguez, evitó definiciones. “Es prematuro adelantar, decir a la cabeza de quién. Entendemos de que de esa reunión tendría que salir una unidad bien clara, una unidad responsable”, dijo. Incluso insinuó que Del Castillo podría renunciar a su postulación en favor de un acuerdo, pues “cuando se trata del país, se tiene que sacrificar candidatos”, aunque consideró “inmaduro” anticipar quién debería declinar. Desde la Alianza Popular, que impulsa a Rodríguez como candidato, el vocero y senador, Félix Ajpi, descartó la víspera cualquier acercamiento. “Creíamos que esta convocatoria tenía una sana razón de unir al bloque popular. Ha perdido esa esencia (…) No vamos a caer en la trampa de querer salvar al MAS”, declaró. Cuestionó además la legitimidad del liderazgo de García y ratificó que Andrónico no participará en una reunión que, según dijo, busca “salvar la imagen de alguien”. El expresidente Morales (2006-2019), vetado constitucionalmente para estos comicios, también rechazó la propuesta. “¿Qué izquierda? Para mí, Lucho ni Andrónico son de izquierda”, afirmó en su programa radial Kawsachun Coca, asegurando que no se sumará a ningún bloque de cara a los comicios del 17 de agosto. El diputado evista Renán Cabezas sostuvo que la convocatoria de Arce es un acto de desesperación para evitar la desaparición del MAS y acusó al presidente de no representar los principios históricos de la izquierda boliviana. Por el contrario, desde el Ejecutivo, el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores Lazo, criticó a Morales y a otros dirigentes por rechazar la iniciativa de la unidad de la izquierda. Dijo que su postura demuestra que no les interesa preservar las conquistas sociales alcanzadas en dos décadas del denominado proceso de cambio. Fin