SAO PAULO, 2 feb (Xinhua) — El instituto de investigación científica Butantan de Brasil posee uno de los mayores serpentarios del continente, al albergar unos 1.500 ejemplares vivos, lo que constituye un fuerte lazo simbólico con el presente Año Nuevo chino del calendario lunar dedicado al signo de la Serpiente del horóscopo tradicional chino. De acuerdo con la tradición del país asiático, el Año de la Serpiente representa sabiduría y transformación, lo que se encuentra en concordancia con los principios del Instituto Butantan que son un diálogo permanente entre la ciencia al servicio de la medicina y la conservación de la biodiversidad. “Nos gusta mucho la cultura china y yo particularmente soy especialista en serpientes. Mi signo en el horóscopo chino es Serpiente, curiosamente”, compartió el director del Centro de Desarrollo Cultural del Instituto Butantan de Sao Paulo, Giuseppe Puorto, en entrevista con Xinhua. “Deseo que tengamos un magnífico año de paz y salud para todos, incluso con la bendición de la Serpiente en el calendario”, agregó el directivo de la institución, reconocida por su importante laboratorio de antídotos, sueros y vacunas. Para el investigador brasileño, la celebración del Año de la Serpiente es una suerte de puente entre China y el Instituto Butantan. “Desde mi perspectiva, China es un país increíblemente rico en cultura. Sus tradiciones y manifestaciones folclóricas son hermosas y fascinantes. Incluso hay una danza que imita el movimiento de una serpiente, lo cual me parece muy interesante y me gustaría conocer más al respecto”, subrayó. El serpentario del Instituto Butantan es uno de los espacios más visitados y una de las mayores atracciones turísticas de Sao Paulo, al permitir la observación de serpientes de la fauna brasileña y sudamericana en un entorno similar a su hábitat natural. Se localiza al lado de Ciudad Universitaria de la pública Universidad de Sao Paulo y depende de forma directa del Gobierno de la localidad brasileña. El Instituto Butantan es también pionero en Brasil del convenio para el desarrollo local de la vacuna contra la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) con el laboratorio chino Sinovac, que fabrica la vacuna CoronaVac, la primera aplicada en el país sudamericano en el marco de la pasada pandemia. “Aquí en el Instituto Butantan trabajamos con las serpientes desde su origen ¿Y qué significa eso? El Instituto Butantan surge a partir del estudio de las serpientes y los accidentes ofídicos”, explicó Puorto. Desde sus inicios, la institución se ha dedicado a investigar el veneno de las serpientes para desarrollar antídotos, además de profundizar en el conocimiento de estos reptiles mediante su clasificación, comportamiento y conservación, en especial las especies en peligro de extinción. En la actualidad, el sitio alberga unas 1.500 serpientes vivas que se utilizan en la producción de veneno, exhibiciones educativas y estudios científicos. “Trabajamos principalmente con serpientes nativas de Brasil. Algunas son endémicas en su totalidad, como la Jararaca Pintada (Bothrops neuwiedi), que se encuentra únicamente en Brasil”, puntualizó Puorto. Brasil, el país más poblado de América Latina y el más grande en extensión, cuenta también con la mayor biodiversidad del planeta en la selva amazónica y en otros biomas como el bosque del Atlántico. El interés en Brasil por las serpientes tiene raíces históricas, pues desde finales del siglo XIX, el médico brasileño Vital Brazil Mineiro descubrió que los sueros antídotos debían ser específicos para cada tipo de veneno, descubrimiento que tuvo un impacto mundial y llevó a la creación del Instituto Butantan. Mineiro lanzó entonces una campaña para que los agricultores brasileños enviaran serpientes a la institución, según contó el entrevistado. “Él descubrió que la mayoría de las serpientes no eran venenosas y que era fundamental informar a la población sobre cuáles representaban un peligro y cuáles no”, explicó Puorto, quien considera a ese momento como fundacional en la divulgación científica y la educación ambiental. El director del Centro de Desarrollo Cultural del Instituto Butantan de Sao Paulo contó que la institución ahora enfrenta un nuevo desafío, que es la conservación de las especies de víboras amenazadas. “A medida que la población humana crece se requiere más espacio para ciudades, agricultura y ganadería, lo que reduce las áreas naturales. Como resultado, muchas especies de serpientes están desapareciendo”, alertó. El entrevistado puso como ejemplo lo que ocurre en la isla de las Víboras o isla de Queimada Grande, un caso de observación científica único del mundo. La isla está ubicada en el océano Atlántico a 33 kilómetros de la costa brasileña, frente al estado de Sao Paulo, en el sureste del país, donde alberga a la serpiente “Bothrops insularis”, una de las más venenosas conocida como “jararaca-ilhoa”. El lugar está cerrado a las visitas y es controlado por la Armada, ya que se le considera un espacio para la investigación científica, al calcular que en la isla hay serpientes en cada metro cuadrado. “Un ejemplo de serpiente en peligro de extinción es la ‘jararaca-ilhoa’, también conocida como ‘jararaca de la isla’. Cualquier especie confinada en una isla corre un alto riesgo de extinción, ya que cualquier cambio drástico en su ecosistema puede eliminarla por completo”, comentó Puorto. Para evitar la extinción, el equipo de conservación del Instituto Butantan estudia la biología, el comportamiento y la ecología de la “jararaca-ilhoa”, además de mantener algunos ejemplares en cautiverio para su reproducción. Si en el futuro ocurre una crisis ambiental en su hábitat natural, el instituto podrá reintroducir estos ejemplares en la isla, para asegurar así la continuidad de la especie. De esta manera, el instituto brasileño de investigación científica representa un puente simbólico con el presente Año de la Serpiente del horóscopo chino. Fin

Por Vimag

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