Por Gerardo Laborde MONTEVIDEO, 4 oct (Xinhua) — El Día del Patrimonio se convirtió en los últimos años en tradición para los uruguayos, quienes el primer fin de semana de octubre recorren edificios emblemáticos y buscan recuperar su acervo cultural, dedicando este año el evento a la tradición del vino. Bajo el lema “El vino como tradición: inmigración, trabajo e innovación”, la edición 30º de este evento ofrece en todo el país más de 500 sitios para visitar y 1.500 eventos asociados. “Lo centramos en la tradición del vino, entendiendo que el vino resume una cantidad de conocimientos, de prácticas, de festividades y también muy interesante patrimonio cultural en arquitectura”, dijo el director general de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, William Rey. “Homenajeamos a Pascual Harriague y a Francisco Vidiella, dos verdaderos pioneros de la producción vitivinícola del país”, explicó Rey en diálogo con el servicio de prensa de Presidencia de la República. “Es una actividad que está en todo el Uruguay prácticamente y por eso creemos que fue una buena idea tomarlo como tema. Vamos a poder vivirlo con intensidad”, agregó. En el departamento de Canelones (sur), que es el corazón de la producción vitivinícola, muchas bodegas abren sus puertas, así como el Museo de la Uva y el Vino. Vidiella (1820-1884) inició la industria vitivinícola en el sur de Uruguay y Harriague (1819-1894) introdujo la cepa Tannat, insignia del vino uruguayo, que con su color rojo oscuro y su cuerpo robusto ha conquistado paladares en decenas de países. “Ambos pueden ser considerados los padres fundadores de nuestra industria vitivinícola”, aseguró el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, quien subrayó en un comunicado emitido por la dependencia con motivo de la celebración que “la producción de vino es efectivamente una industria, pero también es una tradición con fuerte impacto cultural”. Pero la propuesta excede la producción vitivinícola, pues la agenda propone a lo largo y ancho del país conferencias, debates, espectáculos, intervenciones artísticas, homenajes, talleres, presentaciones, visitas guiadas y caminatas. Como aseguró Rey tiempo atrás a Xinhua, el Día del Patrimonio es una jornada “muy importante para la cultura del país” porque permite que “los uruguayos visiten un montón de lugares abiertos de forma gratuita”, a los que no siempre se puede ingresar. Edificios del Estado, museos, fábricas y antiguas residencias, así como el puerto de Montevideo, permanecen abiertos entre sábado y domingo con recorridos guiados. Esta celebración que se conoce como Día del Patrimonio comenzó en 1995 inspirada en una tradición francesa y rápidamente trascendió el patrimonio arquitectónico, al que apuntó de manera inicial. Desde hace años explora el patrimonio cultural, costumbres y objetos del pasado como carros de bomberos tirados por caballos o las máquinas de boletos de autobús de principios del siglo pasado. En su trigésima edición, la Ciudad Vieja de Montevideo vuelve a ser una de las atracciones principales con su casco antiguo que conserva muchos edificios de los siglos XVIII y XIX de la época de la colonia española. La Catedral Metropolitana o Iglesia Matriz (1790), el Cabildo (1804) y el Teatro Solís (1856) son algunos de sus sitios más destacados. Otro edificio emblemático es el Palacio Salvo, que con sus 105 metros de altura y un estilo ecléctico, inaugurado en 1928, supo ser la edificación más alta de Sudamérica hasta el año 1935. Se observan también largas filas de visitantes en la residencia de Suárez, la vivienda del presidente de la República, el Palacio Legislativo (Parlamento) y la moderna Torre de las Telecomunicaciones, el edificio más alto del país. Fin

Por Vimag

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *