CORUMBÁ, Brasil, 9 jul (Xinhua) — El Pantanal, el mayor humedal continental del planeta y hogar de una biodiversidad tan diversa como amenazada, sufre este año unos devastadores incendios que afectan a las poblaciones humanas y a otros animales de diversas formas a largo plazo, alertó la bióloga brasileña Marcia Chame en entrevista con Xinhua. Chame, coordinadora de la Plataforma Institucional de Biodiversidad y Salud Silvestre (Pibs/Fiocruz), que desde hace décadas se dedica a estudiar temas relacionados con la relación entre la salud y el medio ambiente, resaltó los problemas en los humanos que causan los incendios en la región. “No hay fronteras para los contaminantes”, dijo Chame, al comentar el alcance de los problemas de salud causados por los incendios. Dependiendo de la dirección y velocidad de los vientos, de otras condiciones meteorológicas y del tamaño de las partículas generadas por la quema, la contaminación puede llegar a municipios, estados e incluso a otros países. Chame también apuntó a la contaminación atmosférica al enumerar los problemas a los que se enfrentan quienes viven en el Pantanal durante los incendios, señalando que la contaminación ambiental hace que el agua no sea apta para el consumo, aumentando la frecuencia de infecciones intestinales. También habrá “un aumento de las enfermedades de la piel de etiología desconocida”, añadió. “El humo y las partículas en el aire generan contaminación por mercurio y otras sustancias químicas tóxicas. La ceniza blanca, resultante de la quema de toda la materia orgánica, también está compuesta por elementos que generan contaminación, intoxicación y enfermedades degenerativas como el cáncer”, explicó. “Con la llegada de las lluvias, toda la ceniza desemboca en los corixos, contaminando los ríos y bahías y matando a los peces y alevines (cebo que es la fuente de ingresos de muchas comunidades). Ya no hay agua potable para beber”, dijo Chame. La bióloga enumeró otros daños que afectan a todos los aspectos de la vida, desde la salud física y mental hasta la economía, amplificando la magnitud de los daños. “La gente del Pantanal sufre los mismos impactos que los animales y las plantas. Respiran el mismo aire y sienten el mismo calor, sufren quemaduras cuando intentan apagar el fuego y son alcanzados o contaminados por el mismo”, lamentó. La bióloga brasileña también llama la atención sobre la salud mental de los afectados. “Las tasas de suicidio son altas. Hay depresión entre los ancianos y los jóvenes, que no saben por dónde empezar y no tienen recursos para empezar de nuevo. Como son comunidades pequeñas, alejadas de los grandes centros urbanos, no generan atracción ni conciencia nacional. Están solas y aisladas de la esperanza”, alertó. Chame considera que los incendios dañan la salud humana de forma desproporcionada, porque los determinantes sociales de la salud, como la ubicación y las condiciones de la vivienda, el nivel de acceso a los servicios sanitarios y la falta de saneamiento, tienden a exacerbar los efectos de la exposición a los contaminantes. “En general, los impactos son más pronunciados en las poblaciones con menor renta per cápita, que viven en condiciones precarias de vivienda (…) La contaminación del aire, el agua, los alimentos y el suelo afecta a los expuestos de diferentes maneras, intensidades y magnitudes. Los más vulnerables, como los niños menores de cinco años, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con comorbilidades, son los más afectados”, explicó. El Pantanal sufre este año los peores incendios de su historia, que consumieron ya más de 700.000 hectáreas. En 2020, los incendios que hubo, los peores hasta este año, destruyeron casi el 30 por ciento del bioma, que se reparte entre Brasil, Paraguay y Bolivia. Fin

Por Vimag

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